El ave
multicolor era vista por los antiguos mexicanos como un dios por el significado
de sus colores. En los últimos tres años, se logró duplicar su población
gracias a la cría en cautiverio.
Investigadores
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una de las más
importantes de América Latina, han logrado dar los primeros pasos para rescatar
a la guacamaya roja, una especie en peligro de extinción desde los años
setenta.
La
guacamaya, un ave multicolor, era adorada como un dios por los
antiguos mexicanos, quienes en el amarillo veían el sol; en el rojo, el fuego,
y en el azul, el cielo. Con las alas extendidas puede llegar a medir hasta 1,20
metros.
"En
la actualidad, las hemos enjaulado y tratado como mascotas, sin
pensar que son seres de la naturaleza", señala Patricia Escalante, del
Instituto de Biología de la UNAM.
La tala
indiscriminada de selvas, la caza ilegal, el robo de crías —de las cuáles sólo
una de cada 10 sobrevive— y el tráfico de animales tienen a esta ave en la
lista de las 475 especies en peligro de extinción en el país.
La
guacamaya roja es altamente cotizada por su rareza y belleza, lo que impulsa la
captura y tráfico ilegal de la especie, a pesar de la declinación en sus
poblaciones. Es la especie de psitácido (loro) mexicano con
mayor precio en el mercado negro, que ronde entre los USD 1.500 y los USD
2.700 por ejemplar en el mercado internacional.
Los
primeros pasos
Entre
2013 y 2016 se logró duplicar la población silvestre hasta llegar a casi 500,
el doble de las que se tenía contabilizadas en el año 2000.
Anteriormente
el ave se podía encontrar en el norte, centro y sur del país, ahora
ocasionalmente se la aprecia en estados del sureste y en la frontera con
Guatemala.
Escalante,
a través de la UNAM, trabaja en un proyecto de reintroducción para
rescatar el ave: hasta ahora ya se han liberado aproximadamente 100 especímenes
en los Tuxtlas, Veracruz (Sur), gracias a un parque —XCaret— donde se empezaron
a reproducir en cautiverio.
"Tenemos
que mantener esta protección de ya no comercializarlos mientras no se recupere
sus poblaciones nativas", expuso la investigadora.
Fuente>Infobae
– 8 de Febrero de 2.017
No hay comentarios:
Publicar un comentario