Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

jueves, 16 de febrero de 2017

Destino yaguas, encuentro cercano con los guardianes de la Amazonia



Los yaguas recien a los foráneos con danzas y bailes ancestrales.  Foto: Ángel 


Chávez
En una orilla del río Amazonas (Iquitos, Loreto), los yaguas -un pueblo ancestral- comparten sus saberes y costumbres atávicas con los turistas. 

Si se trata de proteger los recursos naturales, son ellos, los bora, los primeros en dar la cara y mostrar sus flechas y lanzas. Así de bizarros y aguerridos se muestran los guardianes de la Amazonía que integran la comunidad de los Yaguas. Ellos no necesitan de armas de fuego ni el apoyo de robustos matones para defender sus tierras. 

La danza de bienvenida es también un homenaje a Mayantu, una divinidad de la selva, Mayantu. Foto: Ángel Chávez
Aquí, el componente principal para la subsistencia es la conexión con la naturaleza, un lazo que no nunca se pierde, más bien se refuerza en diversas manifestaciones culturales, como la danza. 

Y  ahora se forma un círculo humano y se escuchan las notas de una  flauta y el penetrante latido de un bombo. Es un ritual de bienvenida en el que la música le rinde homenaje al espíritu de la selva: Mayantu, una divinidad con rostro de sapo. Sonajas y cantos en lengua bora, acompañan el ceremonial de recibimiento. 

Los bailes circulares imitan los movimientos de los peces. Foto: Ángel Chávez
Costumbre y artesanías 

De una de las cabañas comunales de forma ovalada, Palacios, el jefe bora, sale para saludar a los visitantes y, posteriormente, guiarlos hasta los puestos donde se exhiben los trabajos artesanales de su gente.  

Muñecas de paja, collares con granos, monederos de tela y hasta flechas, son algunos de los productos elaborados por las 10 familias que habitan en esta rústica aldea, localizada al borde de un inmenso río que se desliza serpenteante hacia lo profundo de la jungla loretana.   

Los niños estudian en escuelas bilingües. Así refuerzan el conococimiento de su lengua materna. Foto: Ángel Chávez
Entre los objetos se encuentran varios instrumentos de caza, como los letales dardos de cerbatanas utilizados para capturar a los sajinos y diversas aves del bosque. El secreto del éxito es el poderoso veneno que se extrae del curaré o curari, una flor que crece en el bosque.  

Más allá de la artesanía y el turismo, en esta comunidad los niños estudian en una escuela bilingüe que brinda una educación inclusiva. Estas se encuentran muy cerca del pequeño núcleo urbano. 

Los cerbatanas son utilizadas para la caza de animales. Foto: Ángel Chávez
¿El resultado? La revaloración de las raíces ancestrales que crecen fuertes en las nuevas generaciones. Pero no se trata de anclarse en el pasado sino de respetar lo ancestral y mantener el vínculo con la naturaleza.

Eso es lo que se descubre al visitar a los boras, los guardianes de la selva que reciben amistosamente a los foráneos, pero que están dispuestos a defender su selva de todos aquellos que quisieran dañarla. 

Los dardos son humedecidos con un veneno que se produce con la planta curaré. Foto: Ángel Chávez

En Rumbo

Dónde: A 30 minutos de Iquitos, surcando el río Amazonas. Se viaja en bote o deslizador desde el puerto Maynas. 

Fotografía>Suplemento Rumbos – Diario La República (Perú) 

Un ritmo sencillo, pero motivador, recibe a los visitantes. Foto: Ángel Chávez
El tejido es una actividad que se transmite de generación a generación. Foto: Ángel Chávez
Los niños participan en las labores cotidianas de su comunidad. Foto: Ángel Chávez

En la artesanía bora se utilizan los insumos del bosque. Foto: Ángel Chávez
Máscaras artesanales. ¿Se llevaría una a casa? Foto: Ángel Chávez

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