Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

martes, 29 de julio de 2014

Araguyje Ñemokandire - El Calendario Mbya Guaraní

         Suele decirse que para el indio el año se divide en dos estaciones: la del frío, de los días cortos; y la del calor, de los días largos. Esto, en lo que al Mbyá se refiere, no es cierto, porque el léxico de esta parcialidad contiene voces que describen, con la precisión y poesía inseparables de la lengua autóctona, tres estaciones: Invierno, Primavera y Verano.

         Para el Mbyá, el Invierno es Ara Yma, período o época primitiva, originaria. Ara Yma es la época de los días cortos y noches largas y frías; de animales flacos; escasez de frutas; de panales vacíos; de hambre.
         Cuando los dioses consideran que sus hijos los hombres han padecido privaciones suficientes, ponen fin a este estado de cosas, haciendo que vuelva la época de la abundancia. Y el cambio lo efectúan de la manera más sencilla:

         Oguerova Ñande Ru Kuéry (kuéra)
         Ara yma rapyta.

         Nuestros Padres cambian de lugar
         los cimientos del tiempo (época, estación) originario.

         Efectuado el cambio de lugar de las bases del tiempo, Jakaira, el dios de la Primavera, hace circular por todo el universo el fluido vital; florecen las plantas; engordan los animales; se llenan los panales. Ara Yma, el período antiguo, primitivo, se convierte mediante la bondad de Ñande Ru en araguyje pyau -primavera-; época, dicen, en que los mismos dioses se remozan: araguyje pyaupe Ñande Ru Kuéry jepe ikunumimba -en la primavera los mismos dioses se vuelven jóvenes-.

Opy, Opygua a'e Kuñakarai, Tekoa Pindo Potype (Misiones - Argentina) - Enrique Acuña
         Araguyje, generalmente, se traduce por año; araguyje pyau seria, por consiguiente: año nuevo. Sometámoslo a análisis a fin de poder descifrar su verdadero significado.

         Ara, sabemos que significa: época, tiempo-espacio. Según el Tesoro de la Lengua Guaraní de Montoya, Aguyje significa, entre otras cosas, perfección, dando este autor como ejemplos de su empleo los siguientes:

         Ijaguyje yma;
                Está acabada la obra;
         Ijaguyje yma yvaEstá sazonada la fruta.

         Con esta definición de primavera: la época de la perfección, bastante poética, por cierto, podríamos dar por terminadas nuestras investigaciones lingüísticas; pero, he aquí que el Mburuvicha encargado de trasmitir las tradiciones religiosas a los de su tribu emplea, cuando trata con personas de su confianza, la sentencia: Araguyjéramo Kandire, cuando desea subrayar la hermosura, la perfección de esta época del año.

         Kandire es una voz que no encuentro en el Tesoro de la Lengua Guaraní, de Montoya, posiblemente por tratarse de una palabra utilizada en la transmisión, a través de los siglos, de las tradiciones religiosas -tradiciones que había a toda costa que desterrar-. Menester es, por consiguiente, dar un vistazo a los anales religiosos Mbyá-Guaraníes para poder explicar satisfactoriamente el concepto guaraní de primavera.

         Hablan estos anales (como ya lo hemos visto) de una Edad de Oro, la era de Yvy Tenonde, la Primera Tierra, predestinada como la Atlántida de nuestra prehistoria, a desaparecer para siempre bajo las aguas del Diluvio. El habitante de Yvy Tenonde no conocía la muerte tal como nosotros la conocemos: si era virtuoso y cumplía estrictamente con los preceptos de la raza, entonaba los cantos sagrados ejecutando la danza ritual acompañándose con el mbaraka, alcanzaba sin abandonar la tierra el estado de Aguyje -perfección, gracia-. Este estado de Aguyje le hacía merecedor de ingresar en los dominios de los dioses menores: Tupã Mirĩ Amba, sin sufrir la prueba de la muerte. Al que alcanzaba el estado de Aguyje, llamas de sabiduría divina le iluminaban el corazón; fuego divino le brotaba de las manos y las plantas de los pies; su cuerpo se volvía sutilísimo; y se incorporaba a las huestes de los bienaventurados habitantes del Paraíso guaraní en donde él mismo creaba su mansión celeste, imperecedera, indestructible. Este tránsito de lo mortal a lo inmortal, de lo perecedero a lo indestructible, lo describen los Mbyá con la locución: ohupity omarã'eỹ rã -alcanzó su estado de indestructibilidad-; designándolo, en el vocabulario religioso, con la sentencia: oñemokandire; o, simplemente: ikandire, y da una idea aproximada del concepto encerrado en la sentencia, la frase: el despertar a una nueva vida. Es decir, que la diferencia entre ára yma,-la época primitiva, originaria, trocada por la bondad divina en araguyje ñemokandire, la época de la perfección y del despertar a una vida nueva, es solo comparable a la diferencia entre nuestra mísera vida humana en la tierra y la que disfrutan los bienaventurados habitantes del Paraíso.

         Y con esto podemos dar por terminadas estas breves notas, pues Kuaray pukuha jevy -el retorno de los soles largos-, no requiere comentarios.

Fuente: Tradiciones Guaraníes en el Folklore Paraguayo – León Cádogan
Edición preparada por Bartoméu Melia


3 comentarios:

  1. Uma sabedoria poética destes povos. Saber olhar o ciclo da natureza, com todas as suas consequências e assim para cada fase, um jeito diferente de se adaptar.

    ResponderEliminar
  2. Mba'eichaitépa iporâ, ojajái, hendy ñande ramói ha jaryikuéra reko. Ñamomorânga'u opavave ára ñande rekovépe ha ñane ñe'êasâime! Toikove guaraní ruguy!

    ResponderEliminar
  3. Excelentes aclaraciones para quienes lean o se enteren de estas costumbres de nuestros ancestros a través de difusores superficiales. Como las explicaciones acerca de Karaí Octubre como fiesta ritual en en "Tiempo-clima nuevo". La celebración es milenaria y muy anterior a la colonización, no se conocía ni la palabra primavera ni setiembre ni octubre. Son neologismos producto del sincretismo religioso o cultural.

    ResponderEliminar