Nació en Santa María la
Mayor en 1680. Conocía el latín, el guaraní y el castellano a la perfección.
Publicó dos libros, el primero en 1724.
Los primeros libros
escritos y publicados en lo que hoy es América del Sur corresponden a las
misiones jesuíticas y datan del 1700. El cacique guaraní Nicolás Yapuguay pasó
a la historia por ser un pionero en la escritura.
Cuando todavía
los límites geográficos no definían a la Argentina, cuando aún nuestro
territorio dependía del Virreinato del Perú, cuando los sacerdotes jesuitas
emprendían las misiones entre la población guaraní para evangelizar, en ese
entonces la literatura comenzaba a surgir de la mano de un indio nacido en el
pueblo jesuítico de Santa María la Mayor.
Nicolás Yapuguay fue un
cacique que se destacó por su carisma, liderazgo, sus dotes de músico y
compositor. Pero pasó a la historia por ser el primero en escribir y publicar
un libro. En 1724 publicó Explicación de el catecismo en lengua guaraní, con
dirección del padre Paulo Restivo y en 1727 editó otro en la reducción de San
Francisco Javier con el título Sermones y exemplos en lengua guaraní.
Quizás para algunos sea
la primera vez que escuchen su nombre y su labor. En tanto, su legado
trascendió de tal manera que el Laboratorio de Conservación que depende del
Fondo Antiguo de la Compañía de Jesús en Argentina se llama Nicolás Yapuguay.
Allí, en Buenos Aires, reposan los incunables, unos 15 mil ejemplares (ver: Un
hospital para libros antiguos en páginas 12-13) rescatados de las reducciones
jesuíticas hace 300 años.
Según Susana
Brandariz, especialista en restauración de bienes culturales y directora del
laboratorio, “ese primer libro de Yapuguay es uno de los incunables
guaraníticos de mayor valor porque marca el principio del uso de la imprenta en
los pueblos jesuitas de América del Sur”.
Libros Incunables: Sermones y Exemplos de la Lengua Guaraní data del año 1727. Fotografía: Diario El Territorio (Posadas-Misiones) |
Conviene aclarar que la primera obra publicada en las misiones de los guaraníes
data de 1700 y fue una traducción del Martirologio Romano realizada por el
padre José Serrano, que consiste en un extenso catálogo de los mártires y
santos de la Iglesia. La obra de Serrano como las de Yapuguay comparten un
denominador común que refuerza la teoría de Misiones como cuna de la literatura
sudamericana: salieron de la primera imprenta construida por los propios
jesuitas y guaraníes ante la tardanza de España de enviar un impresor.
“El lugar de origen de la
primera imprenta guaraní-misionera es el pueblo de Loreto, según afirma el
máximo historiador de las misiones jesuíticas, el padre Guillermo Furlong. Los
jesuitas reclamaban ya desde 1632 a España que se enviara un hermano impresor
de las provincias jesuíticas de Alemania, Francia o Flandes. Pero finalizando
el siglo XVII aún no habían logrado este cometido. Por eso, el ingenio y
habilidad del padre Juan Bautista Neumann, hizo que finalmente se construyera
una imprenta con maderas nobles de la región y una aleación de plomo y estaño
para fabricar los tipos”, explica el historiador Alfredo Poenitz.
En Córdoba la primera
imprenta es introducida en 1764, que es ubicada en la Universidad y luego en el
Colegio Montserrat. Al producirse la expulsión de los jesuitas poco tiempo después,
esa imprenta es guardada y, posteriormente llevada a Buenos Aires y puesta al
servicio de la casa de los Niños Espósitos.
Todavía se imprimía en
1800, pero ya desde la imprenta de los Niños Espósitos, en Buenos Aires. Al
realizarse los inventarios de todo lo existente en las reducciones cuando se
produce la expulsión de los jesuitas, fueron consignados en ellos varios
ejemplares publicados en las misiones de guaraníes.
“Muy conocida y superior
a lo que puede caber en un indio es la capacidad de ese Nicolás Yapuguay,
cacique y músico de Santa María, y con razón muy alabada de todos su
composición, por la propiedad, claridad y elegancia con que felizmente se
explica, aún en cosas tocantes a Dios… Yo no hice más que darle la materia…”.
Así describe el padre jesuita Pablo Restivo a su amigo y confidente, pues
juntos enseñaban el idioma guaraní a los jesuitas y la escritura a los
guaraníes.
De acuerdo a
la antropóloga y arqueóloga, Ruth Poujade, Nicolás Yapuguay, nació en
Santa María (hoy Misiones, Argentina) en el año 1680. Fue cacique de esta
reducción; y un erudito guaraní: grabador, tipógrafo, escritor y orador; además
fue el literato de mayor producción en lengua guaraní. Conocía el latín, el
guaraní y el castellano a la perfección. “Enseñó guaraní a los padres jesuitas
y diseñó las famosas Tablas de Parentesco o consanguinidad de algunas
parcialidades guaraníes, hecho que le otorga el rango de primer antropólogo
social del Río de la Plata y posiblemente de Sudamérica” desliza Poujade.
En cuanto a su nombre, su
significado remite a 'Nicolás, el verídico o verdadero' porque sus escritos
eran fieles a lo que traducía del latín y del español.
Escribió y publicó: su
primer libro cuyo nombre original es Explicación de el Catechismo en lengua
guaraní (1724) y Sermones y Exemplos en lengua guaraní (1727), además colaboró
como ilustrador (grabador) en el Arte de la Lengua guaraní del padre Antonio
Ruiz de Montoya.
Foto: Diario El Territorio (Posadas-Misiones) |
“Yapuguay fue una persona
fundamental en la historia de las misiones jesuíticas porque ayudó a crear
puentes de comunicación entre la cultura de guaraníes y jesuitas”, sostuvo
Susana Brandariz, del laboratorio que lleva su nombre y agregó: “los jesuitas
provenían de diferentes países, con idiomas distintos y cuando llegaron a la
región del Guayrá se encontraron con un mundo totalmente nuevo para ellos y en
este punto la figura de Yapuguay, como la de otros tantos de guaraníes, fue
fundamental porque posibilitaron la comunicación intercultural”.
Explicaciones del Catecismo..., señala Brandariz “fue sumamente valioso porque permitió a los jesuitas poder evangelizar en idioma guaraní y a los guaraníes entender el latín, porque ese libro tiene cada página con las explicaciones en ambos idiomas. Ese primer libro de Yapuguay es uno de los incunables guaraníticos de mayor valor porque marca el principio del uso de la imprenta en los pueblos jesuitas de América del Sur”.
Según las categorías de
análisis del ámbito literario se llama incunables a los primeros libros
impresos luego de la aparición de la imprenta, es decir desde 1440 hasta 1500.
Pero dado que la imprenta no tuvo una llegada uniforme y un desarrollo lineal
en todas las regiones del mundo, también se considera en el nivel de los
incunables a libros como el de Yapuguay.
Acerca de su muerte la información existente es imprecisa respecto a cuándo y dónde aconteció.
Fuente: Diario El
Territorio (Posadas) Domingo 6 de Julio de 2.014
Escrito: Griselda Acuña
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