El Popol Vuh (del k'iche' popol wuj: 'libro del consejo' o
'libro de la comunidad'; depopol, 'reunión', 'comunidad', 'casa común', 'junta'
y similares; y wuj, 'libro') es una recopilación de narraciones míticas,
legendarias e históricas del pueblo k’iche’, el pueblo maya guatemalteco con mayor
cantidad de población. El libro, de gran valor histórico y espiritual, ha sido
llamado erróneamente Libro Sagrado o la Biblia de los mayas
k'iche'. Está compuesto de una serie de relatos que tratan de explicar el
origen del mundo, de la civilización, de diversos fenómenos que ocurren en la
naturaleza, etc.1
Historia
del «Popol Vuh»
Se ha teorizado que la primera versión del Popol
Vuh fue una obra escrita alrededor del año 1550 por un indígena que, luego
de aprender a escribir con caracteres latinos, capturó y escribió la recitación
oral de un anciano. Pero este hipotético autor «nunca revela la fuente de su
obra escrita y en su lugar invita al lector a creer lo que quiera del primer
folio recto»2 , para cuya escritura se vale de un
«libro» antiguo, afirma fray Francisco Ximénez, primer traductor del
libro. Si existiera tal documento, dicha versión habría permanecido oculta
hasta el período 1701-1703, cuando Ximénez llegó a ser cura doctrinero de Santo Tomás
Chicicastenango (Chuilá).
Popol
Vuh
Creación
El manuscrito del padre Ximénez contiene el texto más antiguo
conocido del Popol Vuh. Está escrito de forma paralela en k'iche' y español,
como se ve en el recto y verso del primer folio.
Fray Francisco Ximénez transcribió y tradujo el texto en
columnas paralelas de k'iche' y español. Más tarde elaboró una versión prosaica
que ocupa los primeros cuarenta capítulos del primer tomo de su Historia de la
provincia de Santo Vicente de Chiapa y Guatemala, que empezó a escribir en
1715.
Los trabajos de Ximénez permanecieron archivados en el Convento de Santo Domingo hasta 1830, cuando fueron
trasladados a la Universidad de San Carlos de
Guatemala. En 1854 fueron
encontrados por el austríaco Karl Scherzer, quien en 1857 publicó el
primer tallado de Ximénez en Viena bajo el título primitivo Las historias del
origen de los indios de esta provincia de Guatemala.
El abate Charles Étienne Brasseur de Bourbourg sustrajo
el escrito original de la universidad, lo llevó a Europa y lo tradujo al
francés. En1861 publicó
un volumen bajo el título Popol Vuh, le livre sacré et les mythes de
l'antiquité américaine. Fue él, pues, quien acuñó el nombre Popol Vuh.
Brasseur murió en 1874 y dejó su colección a su estudiante
Alphonse Pinart. Este no mostró mayor interés en la área de Centroamérica y
vendió la colección de su maestro en 1883 a fin de reunir fondos para otros
estudios. El manuscrito original de Ximénez fue comprado por el coleccionista y
hombre de negocios Edward E. Ayer, quien residía en Chicago, Estados Unidos. Como miembro del
consejo de administración de una biblioteca privada de Chicago, Ayer tomó la
decisión de donar su colección de 17,000 piezas a la biblioteca Newberry, un
proceso que duró de 1897 a 1911. Tres décadas más tarde, el embajador guatemalteco Adrián Recinos localizó el manuscrito en
la biblioteca y publicó la primera edición moderna en 1947. Hoy, un facsimilar
del manuscrito está disponible en línea gracias a una colaboración de la
Newberry y la Biblioteca de la Universidad Estatal de Ohio, bajo la dirección
del profesor Carlos M. López.3 El facsimilar también está accesible en
el sitio Archivos del Popol Wuj y las culturas mayas,4 en el que además se incluyen documentos
y materiales relacionados con el manuscrito.
La localidad de Santa Cruz del Quiché fue fundada por los
españoles para sustituir Q’umar Ka’aj, la antigua capital delreino k’iche’. Juan de Rojas y Juan Cortés
aparecen citados en el libro como los últimos integrantes de la generación de
los reyes k'iche'.5
Originalidad
del «Popol Vuh» como texto maya
Algunos arqueólogos se han esforzado en encontrar las
narraciones del Popol Vuh en los jeroglíficos mayas del período
prehispánico. Otros aseguran que fue escrito en lengua maya con caracteres
latinos con base en la tradición oral en el siglo XVI o XVII. El texto de
Ximénez procede ciertamente de la Época Colonial.
Estudiosos como René Acuña han puesto en duda que el contenido
reflejado en el Popol Vuh sea realmente maya, pues señala que «el Popol
Vuh es un libro diseñado y ejecutado con conceptos occidentales. Su unidad
de composición es tal que da pie para postular un solo recolector de las
narraciones. Y no parece que este haya sido un autodidacta espontáneo nativo
que redactó las memorias de su nación».6 Se debe tener en cuenta que el libro
fue utilizado para evangelizar a los indígenas en su momento.
Para apoyar esta teoría se basa en ciertos errores de
transcripción que comete Ximénez al trasladar el texto, lo cual revela su
desconocimiento de la lengua k’iche’. Señala categóricamente Acuña: «Si la
fidelidad con que Ximénez copió y tradujo el texto quiché fuera el criterio
para establecer la autenticidad del Popol Vuh, habría, de inmediato, que
declararlo falso [...] Enumerar en detalle todas las inexactitudes que Ximénez
introdujo podría justificar un trabajo de páginas cuyo número no se puede
cuantificar [...] Ante la imposibilidad de efectuar aquí un examen pormenorizado
de las traducciones que hizo Ximénez del Popol Vuh, tendré que limitarme a
decir que son desiguales y muy infieles y que el fraile omitió traducir un
elevado porcentaje del texto. Mi apreciación se basa en el minucioso análisis
comparativo que he realizado de las primeras 1,180 líneas del Popol
Vuh con las dos versiones españolas de fray Francisco. Pero mi intención
no está dirigida a desacreditar la competencia lingüística de este religioso,
sino a poner de manifiesto que, con el escaso conocimiento de la lengua quiché
que poseía, resulta natural que haya desfigurado la obra al copiarla».7 Al poner en duda la capacidad de
Ximénez de manejar la lengua maya surge la duda lógica de si el Popol
Vuh es un texto original maya, puesto que en la actualidad solo se cuenta
con la versión de dicho religioso. En este punto, un crítico ha llegado a la
conclusión de que «no está suficientemente establecida la medida de la
interacción que Ximénez tiene con el texto [...] y sin discutir lo que pudiera
constituir un discurso indígena auténtico, por lo menos se pueden identificar
algunas de las ideas contenidas en el primer folio recto como
no totalmente indígenas».8
Es posible cuestionar la existencia de un libro original de
procedencia prehispánica, 9 lo que llevaría a la conclusión lógica
de que fue escrito con apoyo de la tradición oral. Su muy cercana analogía con
el Génesis de la Biblia hace pensar que su escritura estuvo dirigida
por los frailes. Asimismo, la aparición de las genealogías, que se extienden
hasta la Época Colonial, imposibilita la afirmación de que el original que
copió Ximénez pertenezca al período prehispánico.
Contenido
del «Popol Vuh»
El Popol vuh abarca una variedad de temas que incluye la
creación, ascendencia, historia y cosmología. No hay divisiones de contenido en
el ológrafo de la Biblioteca de Newberry, pero en general las ediciones
populares han adoptado la organización introducida por Brasseur de Bourbourg en 1861 con el fin
de facilitar los estudios comparativos.10
I. Creación referida
Los dioses crean el mundo, crean los valles y las montañas.
Los dioses crean a los animales, pero ya que no los alaban los
condenan a comerse unos a otros.
Los dioses crean a los seres de barro, los cuales son frágiles e
inestables y no logran alabarlos.
Los dioses crean a los primeros seres humanos de madera, estos
son imperfectos y carentes de sentimientos.
Los dioses destruyen a los primeros seres humanos, los cuales se
convierten en monos.
Los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué destruyen al arrogante
ser Vucub-Caquix, y luego a sus hijos Zipacná y Kab’raqan.
II. Historias de Hunahpú e Ixbalanqué
Ixpiyakok e Ixmukane engendran dos hermanos.
Hun-Hunahpú y Xbakiyalo engendran a los "gemelos mono"
Hunbatz y Hunchouén.
Los señores de Xibalbá matan a los hermanos Jun Junajpu
y Wuqub’ Junajpu, colgando la cabeza de Jun Junajpu en un árbol.
Hun-Hunahpú e Ixquix engendran a los "héroes gemelos"
Hunahpú e Ixbalamqué (la cabeza de Hun-Hunahpú escupe a la mano de Ixquix,
embarazándola).
Nacen los héroes gemelos y viven con su madre y su abuela
paterna Ixmukane, compitiendo con sus medio hermanos Hunbatz y Hunchouén.
Los "Héroes Gemelos" derrotan a los señores de
Xib’alb’a, sobreviviendo a casa de la penumbra, los cuchillos, el frío, el
jaguar, el fuego y los murciélagos.
III. Creación de los hombres de maíz. Descripción de comunidades
Los primeros cuatro hombres reales son creados: B’alam-Kitze’,
el segundo B’alam-Aq’ab’, el tercero Majuk’utaj y el cuarto Ik’i-B’alam.
Las primeras cuatro mujeres son creadas.
Tribus descendientes. Hablan el mismo lenguaje y viajan a Tulan.
El lenguaje de las tribus se confunde y éstas se dispersan.
IV. Espera del amanecer y permanencia en Jaqawitz
Surge Venus, seguida por el nacimiento del sol, causando gran
alegría.
Las deidades que traían desde Tula (Tojil, Awilix y Jaqawitz) se
tornan de piedra (sólo escapa el duende Saqik’oxol).
Los cuatro varones k’iche’ permanecen escondidos en la montaña.
Por orden de Tojil, el dios patronal de los k’iche’, empiezan
los secuestros de otras tribus para realizar sacrificios humanos ante esta
deidad.
Las otras tribus, desesperadas por los secuestros, envían cuatro
muchachas bellas para seducir a los varones y lograr su derrota, pero son
engañadas mediante cuatro mantos mágicos.
Las otras tribus envían un ejército para vencer a los k’iche’
que se ocultan en la montaña, pero antes de llegar a ella, caen vencidos por un
sueño inducido por Tojil, y los cuatro hombres k’iche’ les roban sus
instrumentos de guerra.
Muerte y consejos de B’alam Ki’tze’, B’alam Aq’ab’, Majuk’utaj,
Ik’i B’alam
B’alam Ki’tze’ deja a sus descendientes, los k’iche’, el “Pisom
Q’aq’al”, o “Envoltorio Sagrado” que servirá como símbolo de su poder.
V. Relatos de migraciones
Los hijos de los primeros padres k’iche’ regresan a Tula, donde
reciben los símbolos de poder de manos de Nakxit. A su regreso al cerro
Jaqawitz son recibidos con señales de alegría.
Parten en una migración en busca del cerro donde habrán de
establecerse finalmente y fundar una ciudad. En Chi K’ix se dividen algunos
grupos. Pasan por Chi Chak, Jumeta Ja, K’ulb’a, Kawinal y Chi Ismachi’.
En Chi Ismachi’ estalla la primera guerra, motivada por el
engaño del grupo de los Ilokab’ a Istayul. Finalmente, los ilokab’ son
reducidos a esclavitud.
Crece el poderío de los k’iche’, causando el espanto de los
demás pueblos.
Se forman los tres principales chinamit de la Confederación
K’iche’: Kawiqib’, Nija’ib’ y Ajaw K’iche’
VI. Fundación de Q’umarka’j y Listado de generaciones
Fundan la ciudad de Q’umarka’j, cerca de la actual Santa Cruz del Quiché, en el departamento del
Quiché.
Se fundan las 24 “Casas Grandes”, convirtiéndose en importantes
unidades de organización socio-política.
Se narran las conquistas realizadas por K’iq’ab’ y Q’ukumatz, de
naturaleza prodigiosa.
Los kaweq k’iche’ expanden su territorio, conquistando a los
pueblos vecinos y lejanos, quienes se vuelven tributarios.
Se nombran los distintos chinamit y “Casas Grandes”, así como
sus gobernantes principales hasta Juan de Rojas, quien vivió ya bajo el dominio
español.
Personajes
principales
Tepew-Q’ukumatz
También llamado Tz’aqol-B’itol; Alom-K’ajolom; Junajpu
Wuch’-Junajpu Utiw; Saqinim Aq-Sis; Uk’ux Cho-Uk’ux Palo; Ajraxa Laq-Ajraxa
Tzel. Está enterrado bajo plumas de quetzal cuando Uk’ux Kaj llega a hablarle.
Es lo que está antes que nada, entre la oscuridad, palpitando. De él surge la
fuerza creadora, es la primera deidad que luego se va haciendo cada vez más
lejana. Pide consejo de otras deidades: Uk’ux Kaj e Xmukane, a la hora de hacer
las creaciones, puesto que no sabe cómo hacerlo. El impulso creador surge de
ésta deidad, que posteriormente en la narración va cayendo en el olvido.
Uk’ux Kaj-Uk’ux Ulew
Se representa también como Jun Raqan; Kaqulja Jun Raqan; Ch’ipi
Kaqulja; Raxa Kaqulja (y Nik’aj Taq’aj). En este sentido es una tríada, como
dice el texto “era de tres su esencia, la de Uk’ux Kaj”.11 Esta deidad no está presente desde el
inicio, sino que “viene” a platicar con Tepew-Q’ukumatz, por lo que se puede
considerar que es posterior a Tepew. Del diálogo de los dos surge la creación.
Permanece activo por más tiempo de Tepew, pues posteriormente en la narración
auxilia a Junajpu e Ixb’alamke.
Xpiyakok-Xmukane
También llamados Abuela del día, Abuela de la Claridad, Rati’t
q’ij, rati’t saq. Según Sam Colop12 eran ajq’ijab’ (guías espirituales
mayas). Dan consejo sobre la creación de los hombres de palo (la segunda
creación fallida). Posteriormente en la narración son los abuelos de Jun
Junajpu y Wuqub’ Junajpu. Aunque no se le menciona directamente, Xpiyakok
contribuye con Xmukane al engaño de Wuqub’ Kak’ix, diciendo que son médicos.
Son sabios, pero también ingenuos. Sus nietos los engañan para obtener los
implementos de la pelota o cuando convierten a sus hermanos en monos, por
ejemplo. No dan indicios de ser prodigiosos, sino que son especialistas
religiosos que adivinan y queman incienso cuando es propicio.
Wuqub’ Kak’ix-Chimalmat
Literalmente “Siete Guacamaya”. Se engrandecía antes de la
creación. Decía ser el sol y la luna, pero no era cierto, sólo eran sus
riquezas las que brillaban: sus ojos de plata, sus piedras preciosas, las gemas
verdes de sus plumas. No queda claro si era una guacamaya o un hombre; puede
que tuviera características de ambos, pues tiene mandíbula, pero al mismo
tiempo se indica que se “posa” (taqalik en idioma k’iche’) a comer los nances
en el árbol cuando es derribado (como un pájaro) por la cerbatana de los
muchachos. Se comportaba como un gran señor, pero solamente sus riquezas le
daban su poder, puesto que cuando es engañado, y se les quitan éstas, muere.
Podría ser una metáfora del de quienes se engrandecen únicamente por sus
pertenencias materiales, pero también puede ser (al igual que sus hijos) representante
de el error del orgullo simplemente.
Zipaqna
Primer hijo de buqub’ Kak’ix, Zipaqna creaba montañas y volcanes
en una noche. El texto dice que literalmente jugaba a la pelota con los cerros.13 Era adivino, pues supo que lo querían
matar los 400 muchachos, a quienes posteriormente asesinó. Es derrotado por
Junajpu e Ixb’alamke que lo entierran bajo lo que fuera su orgullo: una
montaña.
Kabraqan
Literalmente “dos pies” o “terremoto”, Kab’raqan derribaba las
montañas, con sus pies hacía temblar la tierra. Lo engañan los hermanos Junajpu
e Ixb’alamke con la promesa de una montaña más alta que todas, que sigue
creciendo. Le dan un pájaro untado con tizate (tierra blanca), que le resta las
fuerzas, y así es enterrado bajo la tierra, bajo aquello que le daba orgullo.
Jun Junajpu-Wuqub’ Junajpu
Hijos de Xmukane y Xpiyakok, al parecer eran gemelos, aunque
esto no se menciona explícitamente en el texto. Quizá fueran de naturaleza
prodigiosa, pero esto no queda claro, puesto que no hacen ningún prodigio (a
excepción del florecimiento del árbol de morro en Xib’alb’a) y son fácilmente
engañados por los de Xib’alb’a. Jun Junajpu engendró con Ixb’aqiyalo dos hijos.
Al parecer su única ocupación era jugar a los dados y a la pelota. Tenían el
título de rajpop achij. Fueron vencidos en Xib’alb’a, en la Casa de la
Oscuridad y sus cuerpos sacrificados y enterrados bajo el juego de pelota, con
excepción de la cabeza de Jun Junajpu, que fue colocada en un árbol que luego
retoñó y se volvió de morro.
Jun B’atz-Jun Chowen
Hijos de Jun Junajpu y Ixb’aqiyalo. Son flautistas, artistas,
escribanos, sabios, conocedores, cerbataneros, escultores y orfebres. Eran
envidiosos y trataron mal a sus hermanos Junajpu e Ixb’alamke, por lo que
fueron engañados por éstos y convertidos en monos. En la narración se menciona
que eran invocados por los artistas posteriormente como deidades patronales o
protectoras.
Ixkik’
Hija de Kuchuma Kik’, un señor de Xib’alb’a, es una doncella
curiosa e impulsiva, que se acerca al árbol prohibido por los señores de
Xib’alb’a y habla con el fruto-cabeza de Jun Junajpu. También es ingeniosa y
valiente, cuando encuentra la manera de burlar su propia muerte y asciende a la
tierra a la búsqueda de su suegra. Ahí prueba que es una buena nuera, pues hace
las tareas imposibles que la suegra le solicita.
Junajpu-Xb’alamke
Hijos de Jun Junajpu y Wuqub’ Junajpu, son los principales
personajes de la sección mitológica del Popol Wuj. Su principal característica
es la astucia y la humildad, pues aunque hacen grandes prodigios jamás se
vanaglorian de ellos; es más, los hacen las más de las veces bajo la forma de
simples cerbataneros, pobres o mendigos. Ejecutan los deseos de Uk’ux Kaj, con
quien tienen comunicación constante. Son vengativos, cómo se ve cuando no cesan
en su empeño de vencer a los de Xib’alb’a hasta descuartizarlos. Son
prodigiosos por naturaleza.
Jun Kame-Wuqub’ Kame
Los dos principales señores de Xib’alb’a son malvados y
engañosos. Todos ellos y su reino está lleno de engaños para el que descienda a
él, aún si ha sido invitado. Buscan la destrucción de Junajpu e Ixb’alamke,
puesto que ellos molestaban su descanso con su juego de pelota. Al parecer
reinaban sobre una gran cantidad de gente, que no necesariamente estaba muerta,
así como ellos mismos parecían estar vivos, a pesar de sus títulos macabros.
Esto se comprueba cuando son asesinados por los gemelos. Son orgullosos y
arrogantes, lo que finalmente causa su ruina.
B’alam Ki’tze’, B’alam Aq’ab’, Majuk’utaj y Ik’i B’alam
Los primeros hombres creados partieron a la ciudad mítica de
Tula, donde les fueron entregadas sus deidades respectivas. A excepción de Ik’i
B’alam, son los abuelos de las tres grandes divisiones, o amaq’, de los
K’iche’: Kaweq, Nija’ib’ y Nima K’iche’. Son humildes y obedientes de los
mandatos de su deidad respectiva, aunque en muchas ocasiones es Tojil, la
deidad de los Kaweq, el que habla por todos. Aseguran la sumisión de los demás
pueblos al ofrecerles fuego a cambio de entregar sus corazones. Por esta razón,
posteriormente secuestran a los habitantes de los otros pueblos para
sacrificarlos ante sus deidades. Finalmente, mueren dejando atrás
el Envoltorio Sagrado a su descendencia. Son fieles a la hora de
cumplir los deseos de sus deidades y finalmente mueren serenamente.
Tojil-Awilix-Jaqawitz-Nik’aj Taq’aj
Tojil es la deidad tutelar que en Tula les fue entregada a
B’alam Ki’tze’, a los Ilokab’, Tamub’ y Rab’inaleb’ (con el nombre de Jun Toj).
Awilix es la deidad de B’alam Aq’ab’; Jaqawitz la de Majuk’utaj; y Nik’aj
Taq’aj la de Ik’i B’alam. Nik’aj Taq’aj, al igual que Ik’i B’alam, carecen de
protagonismo y desaparecen en la narración posterior. En cuanto a Awilix y
Jaqawitz, aunque están presentes a lo largo de la historia, muchas veces no son
mencionados, sustituyéndose sus nombres por el de Tojil únicamente. Son
deidades vengativas, que exigen la sangre de los pueblos como tributo, y con
ésta se hacen más poderosos y jóvenes. Guían la peregrinación de los k’iche’ y
los dirigen en sus guerras contra los otros pueblos.
En cuanto a su naturaleza, quizá fueran seres animados antes del
amanecer, pues con los rayos del sol se vuelven estatuas de piedra. Si se
compara son el Saqik’oxol, una deidad similar que escapó a la petrificación, se
hace claro que eran seres sobrenaturales similares a los conocidos como
duendes, con presencia física, pero también inmaterial, como los llamados
dueños de los cerros actuales. En su estado pétreo, sin embargo, estas deidades
se manifestaban también como seres humanos. Esto se hace evidente puesto que se
menciona que se iban a bañar al río,14 donde fueron vistos por los pueblos,
que intentaron perderlos por medio de la fornicación, lo que implica que tenían
también una naturaleza física.
K’oka’ib’, K’o’akutek, K’o’ajaw
Hijos de los tres primeros padres, salen hacia el oriente donde
Nacxit les entrega los emblemas de poder y autoridad. Son quienes se trasladan
a y reinan justamente en Chi K’ik.
Q’ukumatz-K’otuja
Q’ukumatz fue un personaje que reinó junto a K’otuja. Según el
texto, pertenecía a la cuarta generación de otro personaje conocido también
como Q’ukumatz. Es un ser portentoso, toma forma de serpiente, de águila, de
jaguar y de sangre reposada. Fue quien dio inicio a un periodo de
engrandecimiento de los k’iche’.
K’ikab’-Kawisamaj
Extendieron el dominio k’iche’ conquistando a los kaqchikel y a
los rabinaleb’. Extendieron sus dominios hasta territorio mam también, en
Xe’laju y Saqulew. Hicieron tributarios a los pueblos vencidos, reprimiendo
cruelmente a quienes se negaban a su expansión. Arrasaron ciudades y acabaron
con linajes enteros. Aseguraron también los pueblos que iban conquistando, para
que no pudieran ser tomados de nuevo. Fueron grandes guerreros y consolidaron
la expansión e imagen de los K’iche’.
Fragmentos
I. Creación del mundo y los primeros intentos por crear a los
hombres
El Popol Vuh relata la inexistencia del mundo hasta
que el creador y formador decidió generar la vida. La intención era que sus
propias creaciones le pudieran hablar y agradecer por la vida. Primero se creó
la Tierra, después los animales y finalmente, los hombres. Éstos fueron
inicialmente hechos de barro, pero como el intento fracasó, el gran creador y
formador decidió extraerlos de la madera. Una vez constituidas otras tantas
familias, el creador y formador, temeroso de que a sus criaturas pudiera
tentarlas la idea de suplantarlos en sabiduría, disminuyó la vista e
inteligencia de los ocho.
La creación según el «Popol Vuh»
Ésta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en
calma, en silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.
Ésta es la primera relación, el primer discurso. No había
todavía un hombre, ni un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras,
cuevas, barrancas, hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en
calma y el cielo en toda su extensión. No había nada junto, que hiciera ruido,
ni cosa alguna que se moviera, ni se agitara, ni hiciera ruido en el cielo. No
había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible, solo
y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la
noche. Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban
en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y
Gugumatz, en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gugumatz.
Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo,
juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad,
mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces
dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el
nacimiento de la vida y la claridad en acción del hombre. Se dispuso así en las
tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán. El segundo es
Chipi-Caculhá. El tercero es Raxa-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del
Cielo.
Entonces vinieron juntos Tepeu y Gugumatz; entonces
conferenciaron sobre la vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y
amanezca, quién será el que produzca el alimento y el sustento.
-¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y
desocupe el espacio, que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que
aclare, que amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en
nuestra creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre
formado. Así dijeron.
Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se
hizo la creación de la tierra:
- ¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha.
Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la
creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las
montañas.
Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la
formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los
cipresales y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gugumatz, diciendo:
-¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú,
Chípi-Caculhá, Raxa-Caculhá!
-Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron.
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se
dividieron las corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente
entre los cerros, y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas
montañas.
Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el
Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, que así son llamados los que
primero la fecundaron, cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se
hallaba sumergida dentro del agua..
De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron
después de pensar y meditar sobre su feliz terminación.
Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes
de todos los bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros,
leones, tigres, serpientes, culebras, cantiles (víboras), guardianes de los
bejucos.
Y dijeron los Progenitores:
-¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles y los
bejucos? Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.
Así dijeron cuando meditaron y hablaron enseguida. Al punto
fueron creados los venados y la aves. En seguida les repartieron sus moradas
los venados y a las aves:
-Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos y en los barrancos.
Aquí estarás entre la maleza, entre las hierbas; en el bosque os
multiplicaréis, en cuatro pies andaréis y os tendréis. Y así como se dijo, así
se hizo.
Luego designaron también su morada a los pájaros pequeños y a
las aves mayores:
-Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos,
allí haréis vuestros nidos, allí os multiplicaréis, allí os sacudiréis en las
ramas de los árboles y de los bejucos. Así les fue dicho a los venados y a los
pájaros para que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones
y sus nidos.
De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a
los animales de la tierra.
Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las
aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y Formador y los
Progenitores:
-Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra
especie, según la variedad de cada uno. Así les fue dicho a los venados, los
pájaros, leones, tigres y serpientes.
-Decid, pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra
madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá,
el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra el Creador, el Formador, los
Progenitores; hablad, ínvocadnos, adoradnos!, les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo
chillaban, cacareaban y graznaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y
cada uno gritaba de manera diferente.
Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que
hablaran, se dijeron entre sí:
-No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el de
nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien, dijeron entre sí los
Progenitores. Entonces se les dijo:
-Seréis cambiados porque no se ha conseguido que habléis. Hemos
cambiado de parecer: vuestro alimento, vuestra pastura, vuestra habitación y
vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los bosques, porque no se ha
podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis. Todavía hay quienes nos adoren,
haremos otros seres que sean obedientes. Vosotros, aceptad vuestro destino:
vuestras carnes serán trituradas. Así será. Ésta será vuestra suerte. Así
dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los animales pequeños y grandes que
hay sobre la faz de la tierra.
Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar
al hombre por el Creador, el Formador y los Progenitores.
-¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la aurora;
¡hagamos al que nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos para ser invocados
para ser recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras primeras
obras, nuestras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fuésemos
alabados y venerados por ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes,
respetuosos, que nos sustenten y alimenten. De este modo hicieron a los seres
humanos que existen en la tierra.
Los dioses gemelos: Hunahpú e Ixbalanqué
El Popol Vuh también relata las hazañas de los dioses gemelos: Hunahpú e Ixbalanqué, que descendieron a Xib'alb'a(inframundo) y vencieron a los
Ajawab, y se convirtieron en el Sol y la Luna. He aquí un fragmento de la
historia de su nacimiento:
Cuando llegó el día de su nacimiento, dio a luz la joven que se
llamaba Ixquic; pero la abuela no los vio cuando nacieron. En un instante
fueron dados a luz los dos muchachos llamados Hunahpú e lxbalanqué. Allá en el
monte fueron dados a luz.
Luego llegaron a la casa, pero no podían dormirse.
-¡Anda a botarlos afuera!, dijo la vieja, porque verdaderamente
es mucho lo que gritan. Y en seguida fueron a ponerlos sobre un hormiguero.
Allí durmieron tranquilamente. Luego los quitaron de ese lugar y los pusieron
sobre las espinas.
Ahora bien, lo que querían Hunbatz y Hunchouén era que murieran
allí mismo en el hormiguero, o que
murieran sobre las espinas. Deseábanlo así a causa del odio y de la envidia que
por ellos sentían Hunbatz y Hunchouén.
Al principio se negaban a recibir en la casa a sus hermanos
menores; no los conocían y así se criaron en el campo. Hunbatz y Hunchouén
eran grandes músicos y cantores; habían crecido en medio de muchos trabajos y
necesidades y pasaron por muchas penas, pero llegaron a ser muy sabios. Eran a
un tiempo flautistas, cantores, pintores y talladores; todo lo sabían hacer.
Tenían noticia de su nacimiento y sabían también que eran los
sucesores de sus padres, los que fueron a Xibalbá y murieron allá. Grandes
sabios eran, pues Hunbatz y Hunchouén y en su interior sabían todo lo relativo
al nacimiento de sus hermanos menores. Sin embargo, no demostraban su
sabiduría, por la envidia que les tenían, pues sus corazones estaban llenos de
mala voluntad para ellos, sin que Hunahpú e lxbalanqué los hubieran ofendido en
nada.
Estos
últimos se ocupaban solamente de tirar con cerbatana todos
los días; no eran amados de la abuela ni de Hunbatz, ni de Hunchouén. No les
daban de comer; solamente cuando ya estaba terminada la comida y habían comido
Hunbatz y Hunchouén, entonces llegaban ellos, Pero no se enojaban, ni se
encolerizaban y sufrían calladamente, porque sabían su condición y se daban
cuenta de todo con claridad. Traían sus pájaros cuando venían cada día, y
Hunbatz y Hunchouén se los comían, sin darle nada a ninguno de los dos, Hunahpú
e lxbalanqué.
La
sola ocupación de Hunbatz y Hunchouén era tocar la flauta y cantar.
Referencias
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7-Acuña
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8-Woodruff
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9-Canto
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Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán, 1983, ISBN
968-6160-75-2
10-Recinos
explica que: "El manuscrito original no se divide en partes o capítulos,
el texto corre sin interrupción desde el principio hasta el final. En esta
traducción he seguido la división de Brasseur de Bourbourg en cuatro partes y
cada parte en capítulos, porque el ordenamiento parece lógico y conforme a la
materia y el significado de la obra. Como la versión del abate francés es la
más conocida, esto facilitará el trabajo de aquellos lectores que deseen hacer
un estudio comparativo de las distintas traducciones del Popol Vuh" (Goetz
xiv; Recinos 11-12; Brasseur, Popol Vuh, xv)
11-Colop,
Sam (2004). «Popol Wuj. Versión Poética del Texto en k’iche’». Cholsamaj:
p. 25.
12-Colop,
Sam (2004). «Popol Wuj. Versión Poética del Texto en k’iche’». Cholsamaj:
p. 26.
13-Colop,
Sam (2004). «Popol Wuj. Versión Poética del Texto en k’iche’». Cholsamaj:
p. 35.
14-Colop,
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Fuente
de Consulta: Wikipedia
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