La lucha por la emancipación de los pueblos oprimidos es inmensa y
en el torrente de su historia se involucran numerosas personas, muchas veces
haciendo aportes desde diversos campos, sin un debido o justo
reconocimiento.
Queremos recordar a don Emilio Saavedra Arias (n. 21.11.1938 /
+15.02.2016) quién también escribía como Apu Cocho. Nacido en la ciudad andina
de Tarma, nos dejó en su legado intelectual un opúsculo político-filosófico de
sumo valor para la perspectiva emancipadora de los pueblos originarios y las
nacionalidades indígenas que coexisten constreñidas en el Perú de hoy.
Se trata de Etnología de la Liberación (Manifiesto de los
pueblos oprimidos) (1), publicado en marzo de 2008, por la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos. Este documento de 78 páginas y que se encuentra
prácticamente inubicable en librerías llegó a nuestros manos por causas
fortuitas.
En la introducción el autor define su propuesta política así:
“La etnología de la liberación es la revelación espontánea del alma
colectiva de los pueblos explotados de todas las etnias sobrevivientes, hoy
olvidadas y sojuzgadas en el orbi et urbi(2), y, cuyo propósito
fundamental es, despertar las etnias, del letargo de la injusticia mundial que
sufren” (p. 9)
Más adelante agrega:
"Las ideas, conceptos y pensamientos que nutren la ideología
de nuestro Movimiento, no es un fenómeno aislado de la sociedad en que vivimos;
sino que está estructurada en una concepción etnopolítica del hombre y el
cosmos; tal cual se forjaron, en épocas pretéritas, los pueblos preexistentes
del Abya Yala (...). Es por eso que hoy haremos de la doctrina de la etnología
de la liberación un pensamiento y una acción dirigida a encontrar la Libertad,
preciado don natural, más que divino, humano; el cual nos permitirá
realizarnos mediante la condensación de la palabra y la acción"
(p. 65)
El manifiesto vio la luz seis meses después de la aprobación de la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
el 13 de setiembre de 2007, por lo que es probable que el autor no haya
conocido este instrumento internacional al momento de enviarlo a la imprenta.
Ello no fue óbice para exponer un conjunto de reivindicaciones
estratégicas y derechos colectivos dentro de una armazón intelectual y
doctrinaria de base autónoma y descolonizadora. Al referir a la resistencia de
los pueblos originarios Emilio Saavedra escribe:
"La aspiración de estas naciones, es tener gobiernos autónomos
que permitan la realización de su entelequia etnopolítica en territorios
historiagrafiados por sus ancestros" (p. 58)
Quienes deseen conocer la forma cómo se estructura su propuesta y
ubicación política adjuntamos en un recuadro el indice del Manifiesto de
los pueblos oprimidos, como Apu Cocho denomina también a Etnología de la
Liberación.
En una época de alta confrontación ideopolítica entre las diversas
expresiones del Socialismo y el aprismo en el Perú, Apu Cocho optó, con lucidez
señera, por contribuir a construir un fundamento ideopolítico de base étnica de
proyección nacional y mundial, dirigido no únicamente a los pueblos sojuzgados
"sino también a los hombres y pueblos de buena voluntad" (p. 73)
En diálogo con personas que lo conocieron de manera cercana,
sabemos que Emilio Saavedra fue un agonista, una persona de combate y
apasionada por sus ideas, que avanzó contracorriente, sin perder la
capacidad de mirar los temas de fondo.
Por eso, desde una perspectiva autónoma de los pueblos y con una
vocación emancipadora, no cayó en ambages respecto al sistema político y
la seudodemocracia imperante.
Así escribió:
“El etnocidio es, y ha sido la política practicada por los
invasores con el propósito de despoblar y adueñarse de tierras y riquezas
naturales de los indígenas, situación que continúa perpetrándose por los
neoimperialistas de la globalización, en contubernio con los gobiernos seudo nacionales,
híbridos, genuflexos y alienados al sistema político de las 'democracias
representativas'” (p. 10)
En una perspectiva de fecundidad política celebramos con júbilo el
nacimiento de don Emilio Saavedra Arias, Apu Cocho, y no su fallecimiento
ocurrido el 15 de febrero de 2016 a los 77 años de edad
Consideramos que la lectura, reproducción y difusión de Etnología
de la Liberación es una tarea útil y necesaria para fortalecer la
propuesta política propia de los pueblos, y en esta ocasión compartimos el
texto de su corolario, que es si duda un aporte al programa de cualquier
propuesta política de raigambre emancipadora.
Notas:
(1) Saavedra, Emilio: Etnología de la Liberación (Manifiesto de los
pueblos oprimidos). Lima, marzo de 2008. Diseño, diagramación e impresión:
Centro de Producción Editorial e Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.
(2) Locución latina que significa: de la ciudad y del mundo.
Etnología de la Liberación o Manifiesto de los pueblos oprimidos
Índice
Introducción
Preámbulo etnohistórico
En el mundo del ABYA YALA
Un aniversario ignominioso
La infausta misión catequizadora
La explotación e hibridación
La akulturizatio (desidentidad)
I. De la liberación del ser (o etno-ontología de la liberación)
El ser y la materia
El hombre y la sociedad
Pueblo y gobernante
II. De la liberación de las etnias (o la etnoontogenia de la
liberación)
El etnoindigenismo
¿Qué es el individuo?
¿Qué es la familia?
¿Qué es la sociedad?
III. Fundamentos de la liberación (o etnohistoria de la
liberación)
La etno-lingüística de la liberación
La etnojuricidad de sus normas
La etnopolítica liberatoria
IV. La etno-defensa de la ecología (o jus etnoecología de la
preservación)
Homo depraedatus y homo brutus
La preservación del Hábitat
La defensa de la Biomasa
V. Los signos de la opresión (o la semiología de la explotación)
El signo de la espada
El signo de la pólvora y el arcabuz
El signo de la cruz
El signo del libro y de la sotana
El Tribunal del Santo Oficio
VI. Motivaciones de la liberación (o etiología de la liberación)
¿El por qué?
¿El cómo?
¿El cuándo?
¿El dónde?
VII. La etnoideología de la liberación (o la etnología como
filosofía de la liberación)
Introducción
La idea
El concepto
El pensamiento
La ideología
La etno-espiritualidad del movimiento
Corolario
En el plano ideológico
En el plano político
En el plano económico
En el plano social
En el plano jurídico
En el plano cultural
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Etnología de la Liberación o Manifiesto de los pueblos oprimidos
Corolario
Ha quedado demostrado que los invasores y colonizadores extranjeros
practicaron secularmente el etnocidio de los naturales, la expoliación,
explotación, sojuzgamiento, destrucción y exterminación cultural de los pueblos
indígenas y ayudados por argollas genuflexas y serviles al interés foráneo; en
consecuencia, a fin de evitar que continúe esta situación de injusticia
proponemos las siguientes medidas pragmáticas:
En el plano ideológico
Del texto del Manifiesto de los pueblos oprimidos inferimos que se
han sentado las bases fundamentales de la Etnología de la
liberación, ideales que debemos difundirlos en todos los niveles, por la
prensa hablada y escrita para que lleguen a todos los rincones de los pueblos
olvidados.
Con estas etno-ideas matrices, crearemos conciencia, de
si y para si en los pueblos olvidados que sufren el flagelo del ostracismo
social y político, de modo de despertar y llegar a nuestra liberación de la
opresión de las mafias de lacayos que nos administran.
Nuestra misión es de difundir estos principios naturales y
universales de todo pueblo, para hacerlo conocer no solo a los
pueblos sojuzgados, sino también a los hombres y pueblos de buena voluntad; y
hacer renacer, con las esencias culturales de cada pueblo los valores
sociales e históricos que lo identifiquen consigo mismo y su comunidad en la
meta final de este Manifiesto.
Reafirmar y reivindicar los valores históricos culturales de las
etnias olvidadas, en consonancia con su espacio y tiempo histórico actual.
En el plano político
1. Buscar la autonomía política, social y económica de
esas naciones, mediante la creación natural de las etnoregiones (Markas)
lingüísticas, quienes tendrían capacidad de gobierno en su propias comarcas;
según el sistema político-ancestral de sus instituciones de gobierno.
Eventualmente se recurrirá a instituciones occidentales de similitud de
objetivos, siempre y cuando no desvirtúe la naturaleza y fines de la
institución comunitaria.
2. Para que se alcance la autonomía, Previamente debe descentralizarse política,
social y económicamente a las regiones, de modo que su administración esté en
manos de los propios lugareños de esas comarcas; y no como hoy, que todo
depende de la ciudad capital donde se encuentran las camarillas híbridas al
servicio de intereses foráneos, quienes desconocen las necesidades reales y
morales de los pueblos del interior.
3. Asimismo, estos pueblos tendrán el derecho de determinar sus
propias circunscripciones, modeladas según las exigencias de su geopolítica
etnográfica, que le permitirá desarrollarse en armonía con su medio y sus
espacios existenciales.
En el plano económico
1. Incentivar la agricultura con técnicas compatibles con el buen
uso de la tierra, en función del mercado comunitario y nacional, mediante el
crédito bancario a interés cero; préstamos que la banca privada o estatal lo
deducirá de sus impuestos a la renta.
2. Fomentar y consolidar las asociaciones comunitarias, según la
concepción ancestral, a fin de que se formen grupos nativos de productores,
distribuidores y comercializadores de los productos del campo y de su industria
artesanal; en el primer caso, para que determinen el tipo de actividad
productiva, con ayuda de la técnica actual no perniciosa al medio ambiente; y
en el segundo caso, en estrecha relación con la comercialización, a fin de que
sean los propios campesinos los que decidan y pongan sus productos en los
diversos mercados de su zona u otra, sin xenointermediarios, que solo buscan
lucrarse y encarecer el producto en perjuicio de los campesinos (Fondo de
compensación etnocomunitaria).
3. El readiestramiento y formación de trabajadores del campo y
afines con las nuevas técnicas y conocimientos en la productividad, compatible
con su medio y la técnica tradicional, en la agricultura, ganadería, artesanía
y otras actividades afines al campo.
En el plano social
1. Respetar las formas de vida de estos pueblos según sus usos y
costumbres, tanto en el aspecto familiar como comunitario; la vida social en
comunidad no debe ser objeto de ley positiva ajena a su realidad social, norma
dictada por autoridades xenoétnicas desde un gobierno centralista sin
conocimiento del fenómeno jurídico real a legislar.
2. Respetar sus costumbres y usos sociales, así como sus
festividades, sin imponerles parámetros mestizos de orden religioso, foráneo,
municipal u otros ajenos al sano sentimiento de cada pueblo.
En el plano jurídico
1. El respeto irrestricto al sistema jurídico consuetudinario de
cada pueblo, norma jurídica creada según su propio fenómeno cultural;
etnojuridicidad que responde a una forma de vida tempo-espacial que es
completamente diferente a la impuesta por el invasor explotador actual.
2. Dejar que apliquen sus propias leyes o normas consuetudinarias
en el quehacer de su vida cotidiana, porque estas han demostrado ser más justas
y eficaces que las leyes positivas creadas por el usurpador, normas que se
prestan a la coima y a la inmoralidad.
3. Sus leyes deben ser aplicadas por autoridades autóctonas, es
decir de su propia etnia, personas que serán elegidas por su comunidad, según
sus costumbres, y que normalmente recaen en personas confiables, honestas y
dignas de respeto y que inspiran seguridad moral.
4. La designación de jueves ajenos a la etnia, al lugar, a la
cultura y a los usos de esos pueblos no deben ser considerados, porque estos
desconocen la realidad jurídica del medio en que van a juzgar. Además hay que
señalar que estos jueces nombrados desde la Capital, actúan de acuerdo a los
parámetros occidentales impuestos por el conquistador.
5. Finalmente, el juez peregrino no conoce la lengua del juzgado,
mal puede comprender el problema del acusado por que no puede captar la fuerza
volitivo-emocional del incriminado, ni el fenómeno antijurídico.
En el plano cultural
1. La educación de cada nacionalidad debe ser respetada por el
estado oficial que gobierna el territorio de estas etnias; ya que la educación
del actual gobernante es ajena a realidad socio-cultural e histórica de estos
pueblos. Cada nación de acuerdo a su pasado histórico deberá delinear su enseñanza;
y en cuanto a los conocimientos universales de la Ciencia no habría problema en
su enseñanza.
2. La instrucción de tipo comunal debe impartirse según los
parámetros etno-culturales, de modo que la población andino-selvática tenga una
visión integral de su espacio y mundo que le rodea.
3. La instrucción pública deberá impartirse en la lengua originaria
de la etnia, y para maestros propios de su región, esta será gratuita en todos
sus niveles, y el gobierno en función no deberá imponerles una “lengua oficial”,
porque traumatizará al futuro estudiante.
Escrito Por Jorge Agurto
Fuente
Servindi – 21 de Noviembre de 2.017
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