Escribe> Patricia Arnone
Conocen sus vegetaciones,
sus animales y sus frutos. Todos sus usos oriundos y también mágicos. A pesar
de ello, muchos pueblos nativos son acosados y desterrados de sus propias
tierras, las mismas que han ocupado y cuidado durante años. Pero ellos, manifestó
el experto Andrew Davis, representan el futuro de la biodiversidad del mundo.
“Donde se encuentren los
pueblos nativos permanece la biodiversidad y reconocer los derechos de estas
comunidades originarias resulta una manera efectiva de alcanzar una conservación
a largo plazo”, proclamó enfático Davis, coautor y coordinador del estudio
“Conservación y derechos comunitarios: Lecciones de Mesoamérica”, exhibido
durante la semana pasada.
El mayor patrimonio en
biodiversidad, al menos el noventa y cinco por ciento de las doscientas
treinta y ocho ecorregiones globales concebidas como estratégicas según el
Fondo Mundial para la Naturaleza, se encuentra en bosques, aguas y territorios
ocupados por pueblos nativos y comunidades originarias.
Pero las cifras no interesan
para modificar una convicción que se ha cristalizado como un dogma. Estas
comunidades y sistemas de gestión (que se encuentra demostrado que funcionan,
apostilla Davis), permanecen bajo amenazas “graves y progresivas” que componen
una tendencia al alza “bastante preocupante”.
Los estándares de
activistas de los derechos nativos y los proyectos hidroeléctricos, junto con
la afirmación de que el reconocimiento de los derechos de estos pueblos
conjeturaría el fin de los recursos naturales, han sustentado una propensión
equivocada.
“En contexto ocurre todo lo
contrario. Si reconoces los derechos vigorizas el incentivo de las
colectividades de invertir”, pues ellos mismos, o sus hijos, recogerán los
beneficios. Resulta una de las pocas posibilidades que conservan para lograr el
progreso a través de la sostenibilidad del territorio.
Por otro lado, el
experto Andrew Davis agregó que Mesoamérica es “única” en el sentido de que la
gran parte de su territorio ha registrado los derechos de los pueblos nativos y
las colectividades sobre los bosques. “De la nación de México a
territorio de Panamá los pueblos originarios y las comunidades locales, en
muchos espacios, tienen derechos reconocidos legítimamente”, dijo.
Según la fundación Prisma,
escritora del estudio, el sesenta y cinco por ciento de los bosques de
Mesoamérica se encuentran reconocidos a los nativos, frente al treinta y dos
por ciento en Latinoamérica, el treinta por ciento de Asia y el cero por ciento
en África.
Fuente> Segundo Enfoque –
12 de Diciembre de 2.016
Fotografia> Survival
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