Una de las
características del modelo educativo actual es la presencia de una jerarquía
de asignaturas en las escuelas. En prácticamente todos los sistemas
educativos existe en la parte superior en importancia, lengua, matemáticas y
ciencias; en segundo lugar humanidades (como geografía, estudios sociales, o filosofía).
En la parte inferior se encuentran las disciplinas artísticas. ¿En todos
los sistemas educativos? En el de María Montessori no.
¿Por qué esto es así?
Porque es lo que demanda nuestro actual sistema productivo, cuya orientación a
la innovación fomenta que materias cómo matemáticas, ciencia y tecnología tengan
mayor consideración e importancia respecto a otras -como música, danza o
historia del arte- pues se considera que su aportación no es tan clave
para el modelo económico actual.
Pero, ¿existe algún
sistema educativo que le de la misma importancia y que enseñe danza con el
mismo rigor y sofisticación con el que se enseñan matemáticas?
De hecho, existen
algunos métodos educativos alternativos que varían sustancialmente
del enfoque tradicional. Métodos educativos como el de María Montessori,
centrado en observar al niño y desarrollar su máximo potencial basándose en los
propios intereses del niño, o el creado por el psicólogo Howard
Gardner, basado en la teoría que él mismo desarrolló de las inteligencias
múltiples (y que fue una de las primeras referencias a la inteligencia
emocional), por ejemplo. Existen, por supuesto, muchos otros además de los
mencionados: Educación Popular, Waldorf, Cossettini, Educación Libertaria,
etc.
El método Montessori es una
forma distinta de ver la educación, en la cual el niño o niña pueda
desarrollar todas sus potencialidades, a través de la interacción con un
ambiente preparado, rico en materiales, infraestructura, afecto y respeto, en
el cual el alumnado tiene la posibilidad de seguir un proceso individual,
guiado por profesionales especializados. Es decir la escuela Montessori ve
al estudiante como un todo integrado, desde sus valores, comportamientos y de
igual forma potenciando su capacidad para generar aprendizaje, por ello no se
define del logro en una asignatura en los resultados académicos del niño.
“La libertad, la curiosidad
y el desarrollo del amor por el conocimiento son los pilares fundamentales
sobre los cuales se edifica esta pedagogía que ya lleva 90 años implementándose
alrededor del mundo.”
Los 15 principios de
María Montessori para educar niños felices
1-Recuerda siempre que los
niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo.
2-Si criticas
mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar.
3-En cambio, si lo elogias
con regularidad, él aprenderá a valorar.
4-¿Qué ocurre si le
muestras hostilidad al niño? él aprenderá a pelear.
5-Si se ridiculiza
al niño de modo habitual, será una persona tímida.
6-Ayuda a que tu hijo
crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar
en los demás.
7-Si desprecias a tu hijo
niño con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo
de culpa.
8-Propicia que tu hijo
vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que
se sientan bien ellos mismos.
9-Si el niño vive
en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y
necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
10-No hables mal
de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando
no lo está.
11-Concéntrate en que tu
hijo está creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo
de lo bueno del niño de tal manera que no quede nunca lugar
para lo malo.
12-Escucha siempre
a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti
con una pregunta o un comentario.
13-Respeta
a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo.
Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante.
14-Debes estar
dispuesto/a a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también
estar dispuesto a permitir que encuentre las cosas por sí solo.
15-Cuando te dirijas
a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele
lo mejor que hay en ti mismo/a.
Fuente> Muhimu
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