Cuando muere un niño guaraní, le rescata el alma, que yace en el cáliz de una flor, y la lleva, en su largo pico de aguja, hacia la Tierra sin Mal. Conoce ese camino desde el principio de los tiempos. Antes de que naciera el mundo, él ya existía: refrescaba la boca del Padre Primero con gotas de rocío y le calmaba el hambre con el néctar de las flores.
Eduardo Galeano "Memoria del fuego I.
Los nacimientos.
Muy bueno el texto de Galeanp. Amo los colibríes!! Gracias!! Saludos!! Me gustan tus posts
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