Es un hallazgo extraordinario y
único en América confiesa el arquitecto Leonardo Amezcua (Instituto Nacional de
Antropolgía e Historia (INAH) Centro Guanajuato, representa la concepción del
universo prehispánico sobre la fachada de un templo católico del Siglo XVI.
Hace años se decía que esa inscripción en el templo de Acámbaro sólo era un
típico tapete decorativo.
Los
antiguos pueblos mesoamericanos, entre ellos los aztecas, concebían al universo
compuesto de tres partes: el cielo, la tierra y el inframundo. A la Madre
Tierra se le representaba como un enorme disco. Y se creía que este disco
estaba situado en el centro del universo, y el mismo estaba rodeado por un
anillo de agua que lo unía con el cielo.
El cielo a su vez se componía según
la cosmovisión azteca, de 13 niveles, en forma piramidal, que servían de morada
a los dioses. Los primeros cuatro niveles constituían el llamado Teteocán, que
estaba ocupado por las tormentas, la luz del Sol, el firmamento, la Luna y
demás manifestaciones de la naturaleza.
Los
siguientes nueve niveles se conocían con el nombre de Ilhuicatl, donde se
encontraba la morada del Dios Rojo de Fuego, el lugar del Dios de la Estrella
Blanca del atardecer y el Dios Amarillo del Sol y así… hasta llegar al treceavo
nivel que era el más elevado, donde reinaba en la eternidad el Dios
Ometecuhlti, el Supremo Creador. Y debajo de la tierra existía el inframundo
que se componía de varios niveles, pero de número inferior al cielo. En total
eran nueve niveles que eran conocidos con el nombre de Mictlán, el lugar de los
muertos. En el nivel inferior tenía su morada el Dios Mictlantecutli, que era
el Dios de la Muerte. Y así las almas de los muertos luchaban, a través de los
inframundos hasta llegar al noveno y último nivel, donde el alma podía descansar
para siempre en la eternidad”. Texto localizado en la Universidad de Alicante,
España.
Considerado el edificio más antiguo
del estado de Guanajuato, construido entre 1529 y 1532, y ubicado en la ciudad
de Acámbaro, el Templo del Hospital de Naturales fue objeto de un
descubrimiento realizado por el arquitecto Leonardo Amezcua, investigador del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Centro Guanajuato, la
localización de un códice mesoamericano que representa la concepción del universo
prehispánico, sobre la fachada de un templo católico del siglo XVI, construido
por la orden de los franciscanos.
El
investigador dijo que este es un hallazgo único en América, que rompe con
ciertos paradigmas propuestos por los especialistas y permite establecer que el
sincretismo religioso en el siglo XVI, no sólo se sustentó en la destrucción.
Como parte de la fachada, el recinto contiene gran cantidad de estrellas y símbolos en distintos niveles o estratos. Hasta hace algunos años, especialistas e historiadores del arte creyeron que era un típico tapete decorativo que fusionaba algunos elementos de la tradición mesoamericana con elementos católicos, “Sin embargo, Amezcua comenzó a realizar un breve estudio sobre el significado que tenían las estrellas y otros astros para los antiguos pueblos mesoamericanos, ya que de acuerdo con información previa, se sabía que esa fachada había sido tallada por mano indígena.”
Como parte de la fachada, el recinto contiene gran cantidad de estrellas y símbolos en distintos niveles o estratos. Hasta hace algunos años, especialistas e historiadores del arte creyeron que era un típico tapete decorativo que fusionaba algunos elementos de la tradición mesoamericana con elementos católicos, “Sin embargo, Amezcua comenzó a realizar un breve estudio sobre el significado que tenían las estrellas y otros astros para los antiguos pueblos mesoamericanos, ya que de acuerdo con información previa, se sabía que esa fachada había sido tallada por mano indígena.”
Como
resultado de la investigación, se logró localizar que lo que se aprecia sobre
el muro no es otra cosa que la representación plena y premeditada, en este caso
por los misioneros franciscanos, del códice sagrado que representa el concepto
del universo prehispánico, con sus tres grandes partes: el cielo, la tierra y
el inframundo, el cual tiene una medida aproximada de ocho metros de ancho y 12
de altura.
Fuentes:
*Diario La Jornada (México) 22 de
Agosto de 2.014
*Cultura Colectiva Blog
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