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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

domingo, 17 de febrero de 2019

En 1982 la represa de Itaipú hizo desaparecer los Saltos del Guairá, las mayores cataratas del mundo


Saltos del Guairá o Sete Quedas
Los Saltos del Guairá fueron, hasta 1982, las mayores cataratas del mundo por volumen de agua. Con 49 millones de litros por segundo, los 18 saltos que las formaban duplicaban el volumen de las Cataratas del Niágara y superaban en 12 veces el de las Cataratas Victoria.


Se situaban en el río Paraná, a lo largo de la frontera entre Brasil y Paraguay. Los 18 saltos se distribuían en 7 grupos, de ahí su nombre en portugués (Salto das Sete Quedas), el mayor alcanzando los 40 metros de altura, y el ruido que producían se podía oir a una distancia de 20 kilómetros.


Un acuerdo entre ambos países en 1973 para construir una represa hidroeléctrica conjunta condenó a los Saltos a desaparecer bajo el lago artificial formado por ella. Desde el inicio de los trabajos, y durante los 9 años que duraron, miles de turistas, curiosos y vecinos de las localidades cercanas se fueron acercando para contemplar por última vez los Saltos del Guairá.


Para enero de 1982 el colapso de visitantes era tal que el puente colgante Roosevelt de 90 metros de largo, desde donde se obtenían las mejores vistas, no pudo aguantar el peso. El día 17 los cables de acero se rompieron justo por la mitad del puente, y 32 personas perecieron al caer al río.


El 13 de octubre de 1982, finalizada la represa, el cierre de las compuertas comenzó a sepultar uno de los mayores espectáculos del planeta. En 14 días los Saltos del Guairá habían desaparecido para siempre.


Los Saltos del Guairá, fue una de las grandes víctimas del proyecto de la represa hidroeléctrica Itaipú. La que era la mayor cascada del río Paraná hasta el año 1982, hoy sólo se puede ver como un pobre recuerdo cuando el nivel de agua de la represa está bajo. Tenía un volumen de agua estimado en 49.000.000 litros por segundo en 18 cataratas.


El fenómeno natural, se producía al encontrarse un río de 381 metros de ancho, con un cañón de apenas 61 metros. El mayor de los saltos, tenía una altura de 40 metros, nada menos. Y todo, en medio de una naturaleza exuberante.


La potencia del caudaloso río, o mejor, la situación geográfica y las características del relieve, fueron la causa de la propia perdición de la cascada, sumado por supuesto, a la hasta hoy cuestionada decisión tomada por políticos de altísimo rango tanto de Brasil como de Paraguay, socios en el proyecto. Una vez más, los hombres al mando de entonces fueron juez y parte interactuando con el planeta. Los Saltos del Guairá, convocaban a miles de turistas cada año, atraídos por la sensación de espectacularidad de una serie de saltos que desde ciertos ángulos, se veían como infinitos en su encuentro con un cañón de piedras basálticas.


La represa Itaipú fue construída 200 kilómetros río abajo, pero los calculos estimaron que los saltos quedarían cubiertos de agua, y parece evidente, que a las partes implicada no les tembló el pulso al firmar la carta de intencion de la obra, entre los cancilleres brasileños y paraguayos en el año 1966. Hasta pocas horas antes de la desaparición, un cartel en la entrada a los senderos de las cascadas recordaba (casi como una broma): “respete la naturaleza”.


La maravilla natural, hasta años antes de su desaparición era un atractivo turístico un tanto aislado, en donde para ver las siete cascadas principales, había que atravesar por varios puentes colgantes. Meses antes de la gran inundación, miles de turistas quisieron verlas por última vez. Mientras que la falta de mantenimiento de los puentes era total, un grupo de turistas llegó a sobrecargar una de las estructuras que no pudo soportar el peso, desatando una de las tragedias turísticas más crudas que se recuerden en Sudamérica, con una treintena de muertos. Poco tiempo después, se dinamitaron los salientes rocosos más pronunciados, para facilitar la navegación en el futuro embalse, con lo cual, la posibilidad de restaurar el ecosistema y el paisaje quedó completamente anulada.


Claro que la historia no estaría completa sin la mención de la Represa Itaipú, la empresa binacional y represa más grande de todo el Hemisferio Sur (segunda en el mundo después de la Presa de las Tres Gargantas, en China). La obra, genera nada menos que el 95 % de la energía eléctrica consumida en Paraguay, y el 24 % de un gigante como Brasil.


A modo de resarcimiento, la represa Itaipú paga royalties a todos los municipios afectados por la inundación, y a menudo, es una obra de ingeniería incluida en listados sobre las Maravillas del Mundo moderno. Desde su inauguración, ha recibido más de 15 millones de visitantes, turistas que en su mayoría, acuden a visitar las cercanas Cataratas del Iguazú, una maravilla natural que afortunadamente sigue deslumbrando a visitantes de todo el planeta. Los saltos del Guayrá, son apenas un recuerdo de postal de la belleza natural de nuestro planeta que a veces los hombres determinan efímera.




Los saltos del Guairà ya desaparecidos

Fuente: Blog La Brújula Verde - 
Viajes - 101 lugares increibles

Fotografias: Odonto Franco Clínica Odontológica



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