Sobre la montaña
Pacaritambo (doce leguas al noroeste de Cuzco) aparecieron los hermanos Ayar,
después del gran diluvio que había desvastado todo.
De la montaña llamada
"Tampu Tocco" partieron cuatro hombres y cuatro mujeres jóvenes,
hermanas y esposas de ellos a la vez.
Hermanos Ayar por Christian Vargas Mendoza |
Eran Ayar Manco y
su mujer Mama Ocllo; Ayar Cachi y Mama Cora; Ayar Uchu y Mama Rahua y
finalmente, Ayar Auca y su esposa Mama Huaco.
Viendo el estado de
las tierras y la pobreza de la gente, los cuatro hombres decidieron buscar un
lugar más fértil y próspero para instalarse. Llevaron con ellos a los miembros
de diez Ayllus (organización inca que agrupaba diez familias) y se dirigieron
hacia el sudeste.
Pero un primer
altercado se produjo entre Ayar Cachi, un hombre fuerte y valiente, y los
demás. Sus hermanos lo celaban y quisieron matarlo. Con ese plan, le ordenaron
volver a las cavernas de Pacarina (se llama así, en quechua, al lugar de los
orígenes) a buscar semillas y agua.
Ayar Cachi entró en la
caverna de Capac Tocco (ventana principal de la montaña "Tampu
Tocco") y el sirviente que lo acompañaba cerró con una gran piedra la
puerta de entrada. Ayar Cachi jamás pudo salir de allí.
Los siete hermanos
y hermanas restantes, seguidos de los ayllus, prosiguieron su camino y llegaron
al monte Huanacauri, donde descubrieron un gran ídolo de piedra con el mismo
nombre. Llenos de respeto y de temor frente a este ídolo, entraron al lugar
donde se lo adoraba.
Ayar Uchu saltó sobre
la espalda de la estatua y quedó enseguida petrificado, haciendo parte en
delante de la escultura.
Aconsejó a sus
hermanos de seguir el viaje y les pidió que se celebre en su memoria la
ceremonia del Huarachico, o "iniciación de los jóvenes”.
En el curso del viaje
Ayar Auca fue también convertido en estatua de piedra, en la Pampa del Sol.
Ayar Manco,
acompañado por sus cuatro hermanas, llegó a Cuzco donde encontró buenas
tierras; su bastón se hundió con facilidad pero no pudo retirarlo sin
esfuerzos, lo cual era una buena señal. Entusiasmados con el lugar decidieron
quedarse allí.
Ayar Manco fundó
entonces una ciudad, en nombre del creador Viracocha y en nombre del Sol.
Esta ciudad fue
Cuzco (ombligo, en quechua), la capital del Tahuantinsuyo (imperio de las
cuatro provincias).
Fuente:http://www.americasfr.com/es/civilizaciones/leyendas/ayar.html
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