Es nuestro desafío
como creadores contemporáneos el de generar una teoría y praxis acordes a las
coordenadas espacio-temporales de la matriz poética de Abya Yala, linaje espiritual
de nuestro continente.
En las Tradiciones
espirituales de América, el universo sonoro comienza su travesía en el Océano
del Aliento Puro hasta convertirse en el rugir de las olas, el silencio polar y
el bullicio de las selvas.
Los instrumentos
musicales, portadores de ese Misterio primigenio, surgen del humus fértil, de
la madera, piedras y caracolas, de los caparazones de animales así como de sus
huesos, pieles y pezuñas. Ellos son el vector que transmite el Sonido místico
del universo junto al alma del hombre que los tañe, en un viaje de retorno al
Espíritu que les dio origen.
Pájaros, truenos y huracanes,
Instrumentos del Cielo
Árboles, huesos y semillas,
Instrumentos de la Tierra
De manera
paradigmática, en la ascensión mística del Árbol del Centro del Mundo, o en la
Travesía chamánica del Arco Iris, son los instrumentos los que actúan de
pontifex, los que tienden el puente capaz de enlazar los mundos. Entrelazados a
la Danza y al Canto, ellos conforman el dispositivo capaz de proyectar al
hombre en sus viajes extáticos hacia lo desconocido, atravesando las capas
terrestres y los círculos celestes, hacia la geografía espiritual donde el
centro está en todos lados y la circunferencia en ninguno.
En las Tradiciones
nativas, la construcción de un instrumento es ritual, como lo es su ejecución.
Cada instrumento es único y personal y es el chamán mismo quien, en una noche
específica, recolectará la madera del árbol para su tambor y tenderá la piel
del animal (caballo, venado, reno) que, al golpeteo rítmico de su baqueta cual
fusta, lo conducirá al galope al otro lado. Ese Otro Lado donde se ubica la
Terra Incognita de las visiones proféticas, de las epifanías artísticas y de
las curaciones milagrosas.
La Sabiduría de las
Fuentes autóctonas da cuenta en forma excelsa de esa Realidad que, encriptada
en nuestra existencia, constituye su trama profunda y vigente; y es un singular
abordaje de la creación el que puede reinsertarnos al tronco primordial de esta
concepción del Arte como forma de religar al hombre a su origen.
En efecto, el
artista, en su función de constructor de mitos, tiene un rol catalizador, ya
que todo hacer es una regeneración e implica un retorno a esos orígenes: en la
construcción de un instrumento, en la creación de una obra o en la restauración
de un ser humano, se rehace ritualmente el proceso de Creación del mundo. El
artista experimenta así, en lo íntimo de su ser, los procesos de la cosmogonía
y antropogonía arquetípicas.
Un retorno a esta
dimensión iniciática del proceso creador es clave para que el arte de
vanguardia pueda recuperar su función mitológica. Las multiformes expresiones
del entramado profundo de nuestra existencia son susceptibles, entonces, de
revelarse inagotables para quien se reconozca religado a su Origen.
Junto a la
recuperación de esta perspectiva iniciática del Arte se requiere una revisión
de la tríada instrumento-gestualidad-técnica del proceso composicional.
Históricamente, el
extraordinario espiral ascensional del Conocimiento generó una consecuencia
inesperada: el distanciamiento del núcleo mítico embrionario. La Unidad
Primordial terminó fragmentándose en el concepto de especialización técnica del
saber.
Hoy se hace
necesario redimir y restaurar esa Unidad perdida a través de un marco conceptual
que permita reencontrar el camino hacia la Unidad ontológica fundamental. Un
re-encauzamiento de los parámetros de la creación musical, actuando en sinergia
con la potencialidad interior de los instrumentos autóctonos de América, puede
devenir en aquello que los antiguos Sabios de este Continente denominaron un
camino de conocimiento.
Es nuestro desafío
como creadores contemporáneos el de generar un Corpus orgánico; una Teoría y
Praxis acordes a las coordenadas espacio-temporales de la matriz poética de
Abya Yala, linaje espiritual de nuestra América.
Por Susana Ferreres
y Alejandro Iglesias Rossi*
*Alejandro Iglesias
Rossi es Director de la Orquesta de Instrumentos Autóctonos y Nuevas
Tecnologías de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Susana Ferreres es
la Directora de Artes Escénicas y Visuales de esa Orquesta.
Fuente: El
Orejiverde – 6 de Noviembre de 2.016
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