Somos el aliento del Gran Espíritu.
No respiramos por nosotros mismos.
Cuando el Gran Espíritu deja de infundirnos su aliento,
regresamos a través del túnel hacia el mundo del espíritu
en el que nos originamos.
La muerte es el retorno de nuestra respiración al primer aliento de la vida.
Lobo Negro
Fuente: La conciencia de los indios
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