-Crece internamente antes de
lanzarte en pos de los sueños. Desarrolla tu “yo interno”. En la medida en que
sepas mejor quién eres y qué eres capaz de hacer, mejor enfrentarás los retos
de la vida.
-Elévate y busca las alturas. Ya con
raíces profundas y sólidas como el bambú, aspira a escalar más alto cada día,
busca el cielo, sueña en grande. No te des por satisfecho jamás, ni mucho menos
por vencido.
-Sé flexible. El bambú, a la vez que
crece, se alista para soportarlo todo. Ni el más fuerte de los vientos es capaz
de hacerlo caer. Nada lo quiebra, aunque lleve sobre sí la más pesada de las
cargas.
-Sé humilde y agradecido. El bambú
no escatima cualidades, ofrece a todos, a cambio de nada, apoyo material y
espiritual. Hazlo igual y notarás que tu ejemplo crecerá.
-Apóyate en el grupo. Cuando se nace
y se trabaja en colectividad, como vive el bambú, te conviertes en un ser
humano preparado para el éxito. En los bosques de bambú, cada planta cuida de
la otra.
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