La civilización
maya prosperó en Centroamérica aproximadamente desde el año 2000 a. C. Los
mayas desarrollaron un singular estilo artístico y cultural propio en muy
diversas ramas, como pueden ser la arquitectura, la astronomía y la escritura.
Aunque su escritura –incluido el famoso calendario maya - no era original de
esta civilización, ya que provenía de los Olmecas, pero sí podemos asegurar que
los mayas la perfeccionaron notablemente.
El Popol Vuh, o Libro
de la comunidad, es una recopilación de relatos que contiene los mitos y los
hechos históricos de los mayas: recopilación que ha llegado hasta nosotros
gracias al manuscrito elaborado por el fraile dominico Francisco Ximénez. Por
desgracia, la mayor parte de la literatura y escritos mayas fueron destruidos
durante la invasión de los españoles en el siglo XVIII, por eso el Popol Vuh es
una obra tan importante.
Es fundamental
comprender que la palabra ‘mito’ no existe en la lengua maya. De acuerdo con
los mayas el Popol Vuh contiene su verdadera historia. En este libro, el mito
de la creación desempeña un papel primordial. Los dioses crearon primero la
tierra y el cielo y a continuación los animales y todos los seres vivos, como
los pájaros y otras criaturas voladoras. Los dioses deseaban ser invocados,
adorados y recordados, pero los animales no podían hablar. Por tanto, los
dioses fracasaron en su primera tentativa.
¿Cómo haremos para
ser invocados, para ser recordados sobre la tierra? Ya lo hemos intentado con
nuestras primeras obras, nuestras primeras criaturas; pero resultó que no
respetaban nuestros días ni nos glorificaban.
Tras su primer
fracaso, decidieron crear al ser humano como experimento, y de este modo
crearon la tierra y el lodo para formar su cuerpo. Pero de nuevo fracasaron en
sus intentos porque estos cuerpos se disolvían y se derretían. La siguiente
tentativa se centró en el uso de la madera para crear a los seres humanos y,
aunque los dos intentos anteriores fracasaron, éste tuvo éxito y lograron crear
al primer hombre.
Existieron y se
multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos, muñecos de palo; pero no
tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador;
caminaban sin rumbo y andaban a gatas. Ya no se acordaban del Corazón del
Cielo.
Por todo ello, los
dioses no estaban aún satisfechos, pues querían ser adorados, y por esta razón
destruyeron a la humanidad por medio de un gran diluvio. En el Popol Vuh se
puede encontrar una descripción muy detallada de dicha destrucción global. Otro
punto interesante relatado en este libro es que los monos aparecen como únicos
descendientes de este tercer intento de creación de la humanidad.
La cuarta y última
tentativa es aún más interesante si cabe, puesto que los ingredientes
utilizados para crear finalmente la carne humana fueron el maíz y el agua,
mezclados en la debida proporción. Con ellos dieron forma a los primeros cuatro
hombres de esta era.
Esta vez los seres
formados por los dioses fueron todo lo que deseaban y más: los cuatro hombres
no sólo oraban a sus creadores, sino que disponían de la visión perfecta y por
ende del conocimiento perfecto.
Dicha perfección
comenzó a inquietar a los dioses. En el Popol Vuh resulta obvio que los dioses
no querían que estas criaturas tuvieran la habilidad de asemejarse a ellos
mismos y, de hecho, decidieron limitar las habilidades de los seres humanos, de
tal forma que sólo sirviesen para adorarles. De acuerdo con el propio Popol Vuh,
lo lograron a lo largo de este cuarto y último intento de creación.
Los dioses,
alarmados de que los seres que habían creado pudieran gozar de poderes divinos,
decidieron tras dialogar entre ellos ponerles un velo sobre los ojos. Luego
crearon cuatro esposas para los cuatro hombres y de estas parejas nacieron los
principales linajes quichés.
Los héroes gemelos del Popol Vuh, Huhnapú e Ixbalanqué. Dibujo realizado a partir de la decoración de una antigua pieza cerámica maya. (Lacambalam-CC BY-SA 4.0) |
Es importante
destacar que existe un paralelismo innegable entre el comportamiento de los
dioses del Popol Vuh y los del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam cuando
prohíben al hombre comer de los frutos del Árbol de la Vida y el Árbol de la
Ciencia del Bien y del Mal.
Fuente: www.ancient-origins.net – 29 de Enero
de 2.016.
Autor: April Holloway
Traducción: Joe Mahler
Revisión: Mariló T. A.
Tedlock, Dennis: Popol
Vuh
Mayan Mythology
Maya Civilization
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