Está
absolutamente comprobado:
no eran
marinos inocentes, descubridores de una zona ignota,
querían
oro, querían plata,
todo lo
que pudiera caber en sus naves hambrientas,
todo lo
que pudiera salvar sus moribundas economías.
Y se
inventaron leyendas de ciudades de oro
donde
llegaban primero a saquear sin piedad.
Lo del
descubrimiento, el encuentro de los mundos,
lo
inventaron después para limpiarse la conciencia.
En América el oro era otra cosa.
Ricardo
Veiga
Fuente:
América Profunda
Na america o ouro ainda é outra coisa. muito bom, muito bom texto!
ResponderEliminarNuestra triste historia. El futuro puede ser diferente si trabajamos y formamos a nuestros hijos e hijas con ese objetivo colectivo como horizonte emancipador.
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