Pasaron
cinco siglos ocultas del mundo, como una herencia lista para salir cuando el
país más lo necesitaba. Puerto Rico, arrasado por el Huracán María, todavía está
lejos de pensar en recuperar el turismo, pero tiene un nuevo atractivo que
ayudará en este proceso: descubrieron 30 cuevas precolombinas con pinturas
rupestres, convirtiéndose en el área más grande de la región con este tipo de
expresión artística primitiva.
El
hallazgo, realizado por arqueólogos e investigadores de las universidades de
Leicester y Cambridge, el Museo Británico y del Centro de Estudios Avanzados de
Puerto Rico, reveló un escenario único, un patrimonio que retrata las
costumbres del pueblo taíno, que habitaba en estos lares antes de la llegada de
los conquistadores españoles.
Las
cuevas se encuentran en la pequeña y remota isla deshabitada de Mona, a medio
camino entre Puerto Rico y la República Dominicana. Si bien de por sí los
hallazgos ya son asombrosos, todavía quedan alrededor de 100 cuevas más por ser
exploradas, por lo que el archipiélago podría convertirse en la reserva natural
de arte rupestre más colosal del mundo.
De
acuerdo a los investigadores, que mantuvieron en secreto su trabajo hasta poder
realizar estudios científicos, la mayoría de los dibujos y pinturas
probablemente datan de los siglos XIV y XV.
Las
representaciones son de lo más variadas, aunque hay una gran abundancia de
rostros animales y humanos con características híbridas, humanoides,
entremezclados con patrones geométricos y curvilíneos; todas formas que aún no
pudieron ser interpretadas más allá de lo morfológico.
El
trabajo, además, reveló que las técnicas utilizadas abarcaron desde guano
(excremento de murciélago) enriquecido por minerales de origen natural de color
amarillo, marrón y rojo de los pisos de las cuevas, resina vegetal (que hacía
de "pegamento") o simplemente con pedazos de carbón.
A
partir del análisis de los dibujos, realizados simplemente arrastrando los
dedos sobre las superficies rocosas, los investigadores determinaron que las
cuevas eran centrales para la religión y la sociedad taína, ya que de acuerdo a
su mitología fueron de donde vinieron los primeros humanos, donde el sol y la
luna nacieron.
Por
otro lado, las cuevas se utilizaban como lugares de entierro y el espacio en el
que espíritus ancestrales y deidades podían comunicarse.
"La
mayoría de las pictografías precoloniales se encuentran en espacios muy
estrechos en el interior de las cuevas, algunas son muy difíciles de acceder,
hay que arrastrarse para llegar a ellas, son muy extensas y la humedad es muy
alta, pero es extremadamente gratificante. Imagina un sitio de redes sociales,
donde en lugar de tener una página con mensajes de personas aquí tienes una
pared de cueva real o techo lleno de diferentes pictografías", explicó el
arqueólogo del Museo Británico, el doctor Jago Cooper.
Los
taínos fueron la primera gran cultura del "Nuevo Mundo" con la que
Cristóbal Colón interactuó, aunque creía entonces que se trataba de un pueblo
asiático. De acuerdo a los relatos de conquistadores posteriores, en el Caribe
había más de un millón de taínos, que se habían organizado en decenas de
miniestados, gobernados por caciques.
Un
observador español describió que en las ceremonias religiosas, los taínos
entraban en trance mediante el consumo de semillas especiales de plantas. Por
lo que los investigadores no descartan que las pinturas hayan sido realizadas
bajo los efectos de drogas alucinógenas.
Como
sucedió con la gran mayoría de los pueblos originarios de América, los taínos
fueron subyugados y eliminados tras la conquista. Solo una o dos generaciones
después del arribo europeo la población originaria se redujo entre un 80 y 90
por ciento, debido a las enfermedades, la esclavitud, la ejecución, la guerra y
la hambruna.
Mientras
los hombres taínos fueron esclavizados y obligados a trabajar en minas y
plantaciones, las mujeres fueron tomadas por hombres españoles como esposas o
concubinas, o forzadas a la servidumbre y frecuentemente violadas.
Fuente:
Infobae (Buenos Aires) – 30 de Octubre de 2017
Suponer que los Taínos tenían religión revela incomprensión e ignorancia por parte de quien escribió el artículo. La religión llegó a este continente desde europa.
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