El tabaco es un espíritu, un ser medicina de las estrellas manifestado en Pachamama en forma de planta, que asiste y acompaña a la humanidad toda en su evolución desde el origen de los tiempos.
La planta de Tabaco es una planta Maestra, una planta de Poder, una planta Medicinal.
Se dice que es el Abuelo de todas las Plantas, quien abre las puertas a los espíritus de las otras plantas.
La planta de Tabaco tiene el propósito de guiar el espíritu de los hombres, en ella se encuentra un espíritu poderoso capaz de recibir las energías cósmicas y materializarlas en la tierra.
No hablamos del cigarrillo, o del tabaco común, ni del consumo de tabaco comercial sino del uso consciente del tabaco orgánico, desde una visión chamánica que esta lejos del uso recreativo.
El tabaco se usa desde hace miles de años para comunicarse con el mundo superior, con los espíritus que gobiernan los cuatro elementos que lo conforman todo: el agua, el fuego, el aire y la tierra. Se usa para pedir, para agradecer, para ofrendar. Se usa para Rezar. Es quien nos conecta con el Gran Espíritu, con el Gran Misterio "Wakantanka"
Quien tiene a esta planta como aliado puede procesar las energías densas que nos imposibilitan ese contacto, esa conexión.
Es un Conector y un Limpiador al mismo tiempo. Ayuda a que los espíritus sagrados de la naturaleza ingresen en nuestro cuerpo físico para así ser sanados, limpiados, purificados.
El Rapé, un polvo hecho a partir de plantas milenarias provenientes del amazonas cuyo componente esencial es el tabaco, es una medicina física y espiritual que ayuda a limpiar la glándula pineal, que conecta al ser humano directamente con la energía.
El tabaco es un protector, tiene la función de cuidar al espíritu en su llegada y en su partida. El tabaco ordena los momentos en una ceremonia y en nuestra vida sagrada en Pachamama. Abre y cierra puertas entre los mundos, nos ayuda a entrar y salir, a ajustar la percepción y la atención en momentos de transición.
Entre otros usos del tabaco están las purgas con tabaco, que se realizan con brebajes, en la consagración de ceremonias chamánicas.
El fumar sagrado es fumar conscientes, atentos, despiertos, en nuestro centro, dispuestos a ir mas allá de nuestra mente y nuestro corazón. Es reconocer la necesidad de agradecer, de pedir ayuda, de recibir sabio consejo de los abuelos. Jamás se aspira el humo ya que este no es para el hombre sino un alimento para el mundo espiritual.
Es disponerse a reparar, ordenar y armonizar todas nuestras relaciones, para que todo en nuestra vida pueda alcanzar su propósito más elevado. En algunos pueblos, por ejemplo, se utiliza la pipa dela paz, acompañada de la palabra sagrada u honrando un momento silencioso de meditación.
Sin embargo, el rapé no se fuma, se proyecta con la ayuda de un utensilio llamado kuripe con el cual el chamán sopla el polvo de rapé a través de las fosas nasales.
El tabaco se vuelve sagrado cuando así decidimos relacionarnos con él, cuando nos permitimos reconocernos como sagrados, al igual que todo lo que convive con nosotros.
Tabaco sagrado es el que sembramos, cuidamos y cosechamos, el que nos llega de manos del Gran Misterio cuando más lo necesitamos, el que nos acompaña en el morral y con su espíritu a todas partes, el que amasamos con esmero, el que compartimos con nuestra familia.
Es el tabaco que despierta y libera nuestro espíritu.
Abuelo Mapacho... Gracias

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