una bola de fuego flotante, brillante… y mortal.
A la Luz Mala se la ve a lo lejos, suspendida en el aire.
A veces quieta, observando.
A veces moviéndose lentamente como si buscara a alguien.
Los gauchos cuentan que quien se acerca demasiado siente un frío que cala los huesos, un mareo repentino y un terror difícil de explicar.
Algunos dicen que es el espíritu de un alma que no tuvo descanso.
Otros, que protege tesoros enterrados.
Pero todos coinciden en algo: si la ves, no la sigas.
Por generaciones, la Luz Mala ha sido una advertencia, un misterio…
y una presencia que muchos aseguran haber visto todavía hoy.
¿Vos te animarías a cruzarte con ella en medio de la noche?

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