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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Cacao: Historia y propiedades medicinales



Cuando los conquistadores españoles llegaron a tierras americanas, observaron con curiosidad la bebida espumosa y sagrada que le servían en grandes jarras de oro al monarca azteca Moctezuma, que por estar siempre rodeado de mujeres hermosas, pensaron que se trataba de una bebida afrodisíaca. Descubrieron que ese brebaje se extraía de unas almendras de frutos desconocidos hasta entonces por los europeos y que provenía de tierras dominadas por los mayas, que suministraban el producto a los aztecas mediante intercambios comerciales entre ellos.

Los mayas además, usaban esas almendras como moneda corriente, con tablas de equivalencias propias, y preparaban con ellas una bebida amarga y picante a la que llamaban “xocoalt”.

Ese fruto comenzó a llevarse a España después de 1519 como remedio revitalizante, pero en principio, no fue muy bien aceptado por su gusto amargo. No se sabe quién colocó azúcar por primera vez a estos brebajes, pero todo cambió cuando descubrieron que la mezcla de esos dos productos del nuevo continente, (la caña de azúcar y el cacao) tenían un gusto “mágico”.

Por lo tanto, aquella bebida que los nativos llamaban “xocoalt”, pasó a llamarse “chocolate” al oído y al lenguaje español, substituyendo la pimienta por azúcar, con lo que despertó el interés de toda la nobleza española y de la aristocracia de Europa. Muy pronto los franceses, holandeses e ingleses, comenzaron a llevar las plantas de cacao a sus colonias tropicales.

Recién en 1753, se denominó a la planta con el nombre científico de Theobroma cacao, que proviene del griego y significa, “alimento de los dioses”.

En el siglo XVIII se le agregó la manteca de cacao y la leche, coincidiendo con la aparición de las primeras “casas de chocolate” en Europa. Fue también en ese período en que la Royal Navy incluyó al chocolate en sus raciones de combate, por su poder estimulante y por el buen humor que generaba en las tripulaciones.

Hoy se considera al cacao un superalimento, cada vez más cerca de ser un medicamento, que de una golosina.

Lo cierto es que tenemos que diferenciar lo que llamamos chocolate, a lo que es el cacao en estado puro 100%., ya que el chocolate es apenas un alimento a base de cacao en diferentes proporciones, que para ser considerado beneficioso a la salud, se estima que debería tener como mínimo un 70% de cacao, ya que cuanto más pura es la versión, más principios activos beneficiosos va a contener.

Al hablar del cacao en sus formas más puras, podemos encontrar los siguientes componentes.

Flavonoides: Son los antioxidantes más poderosos y abundantes del cacao puro 100%, clasificados por los científicos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en una tabla de valores con un índice conocido como ORAC, (Oxygen Radical Absorbance Capacity) y su traducción significa, capacidad de absorción de radicales libres. Cuanto mayor es la capacidad de neutralizar esos radicales libres, mayor es el índice ORAC.

Recordemos que la acumulación de radicales libres nos conduce al envejecimiento por oxidación, a las enfermedades neurodegenerativas como es el caso del Alzheimer, a las afecciones cardiovasculares, y también al cáncer. En su clasificación ORAC, está por delante del vino tinto, del té, del jengibre, de las nueces, de los arándanos (blue Berry) y muchísimos otros respetadísimos alimentos considerados antioxidantes.

Alcaloides: La teobromina es el principal alcaloide de las almendras del cacao, favoreciendo el entusiasmo, la animación y también la felicidad, por lo que se lo considera un antidepresivo suave y natural. Su efecto vasodilatador contribuye a regular la presión arterial. Tiene efecto broncodilatador, lo que mejora la oxigenación pulmonar con capacidad de aliviar la tos y las crisis de asma. La teobromina mejora la digestión estimulando la sensación de saciedad.

Fibras: Ayudan a reestablecer las bacterias benéficas de la flora intestinal que fortalecen el sistema inmunológico, funcionando como barrera de protección de la mucosa intestinal evitando el “intestino poroso”, pero además, sintetiza serotonina, que es un neurotrasmisor relacionado a la sensación de euforia y del buen humor.

Vitaminas: Aporta las vitaminas A, E, C, B1, B2, y B6

Minerales: Se destaca la importante cantidad de magnesio que contiene el cacao, que es un mineral “maestro”, que interviene en unas 300 reacciones químicas del metabolismo, regulando el sistema cardiovascular, el equilibrio oseo, el sistema inmune y la vista. Presenta cantidades significativas de potasio y calcio, ambos importantísimos para el esqueleto, las funciones musculares y la regulación del PH en sangre entre otras.

Oligoelementos: Entre varios que contiene, predomina la presencia de zinc, necesario para el sistema inmune, la regulación de la glicemia, fortalece el cabello y las uñas. Es importante para la correcta visión y está presente en la síntesis de hormonas sexuales. Cumple funciones que lo relacionan al desarrollo del intelecto.

Nutrientes: Contiene carbohidratos complejos, grasas saludables y proteínas.

En las almendras de cacao está presente la feniletilamina, que es un neurotransmisor que se ha revelado como el responsable de la sensación de enamoramiento, pero también el que nos hace adictos al chocolate, estando en realidad todo relacionado, ya que el amor y el chocolate siempre fueron “inseparables”.

Los antioxidantes proporcionan a la piel, herramientas que le sirven para permanecer por más tiempo joven, pero insistiendo siempre que para obtener los beneficios, son necesarias las versiones más puras del cacao.

Es muy importante resaltar, que la diferencia entre un remedio y un veneno, muchas veces es apenas la cantidad consumida, por lo que todo requiere criterio, responsabilidad, lógica y moderación. En analogía a lo que ocurre con un buen vino, al que no deberíamos exceder más de una copa al día, una barra de cacao de 80 gramos, debería durar al menos una semana para considerar todas sus propiedades beneficiosas, sin caer en exageraciones.

Artículo escrito por el Dr Carlos Rafael Levigne (Médico).
Universidad de Buenos Aires.
Especializado en Dermatología.
Coaching nutricional.

Fuente: El Independiente Iguazú - 24 de Agosto de 2020

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