Sahumaré tus brazos por debajo y por arriba para que tengas tus alas libres para volar.
Sahumaré tus coronilla para limpiar las viejas
memorias que te llevan a repetir lo mismo, y te conectes con bendiciones del mundo de arriba.
Sahumaré tu frente para espantar los pensamientos que nublan tu visión, tus ojos para que puedas ver lo que aún no observas y tus oídos para que escuches el llamado de tu alma.
Sahumaré tu garganta para soltar el nudo que no te deja hablar y conectar tu mente con tu corazón.
Sahumaré tu corazón para espantar el miedo, para que se vaya bien lejos donde no te pueda hallar, y se abra a recibir el amor verdadero.
Sahumaré tu plexo solar para que se apague el fuego del infierno que llevas dentro y puedas saborear el placer de la calma.
Sahumaré con fuego tu bajo vientre para que se quemen los apegos, los amores que no fueron, los sueños que no nacieron y los hijos que no llegaron, para que se enciendan tus ganas de sentir , crear y empezar de nuevo.
Sahumaré con fuerza tu sexo, que es la puerta de entrada para quitar la basura que recogiste de tanto intentar amarte y amar.
Sahumaré tus pies para limpiar las huellas viejas y puedas dar pasos nuevos, abriré el camino con esta medicina para que el nuevo destino se manifieste ante ti.
Voltéate y sahumaré así tu nuca allí donde se esconde lo que te acecha.
Sahumaré tu espalda quitando el peso del pasado y la historia desempoderada que cargas y te pido que te des vuelta y pongas tus manos forma de cuenco y sahumaré tus manos para quitarle el daño y las amarras que tengan y estén bendecidas para dar y recibir.
Urpillay Sonkollay Añaychayki
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