Para construir el RAVÉ, se cava con machete y cuchillo, con mucha delicadeza. Pero hay que hacer una oración para que tenga buen sonido. Tiene que pedir al Dios Todopoderoso, Ñande Rú Eté Tenondé (Nuestro Padre Primero y Ültimo), para que su sonido sea bueno. Se pide en oración porque la madera se sacó viva... del verde se sacó. Y para que no se muera, a través de la oración la dejó viva por los sonidos.
Antonio Morínigo
Investigación: Zulma Mónica Pittau "El rabel entre dos culuras"
Fotografía: Jason Rothe - Aldea Katypyry en San Ignacio (Misiones-Argentina)
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