Caminó pausado, casi como pidiendo
permiso a la tierra para pisarla. En cada paso depositaba el peso de los
años... Se acercó a la fogata... Se sentó al lado nuestro, siendo uno más en la
rueda.
Estábamos: uno al lado del otro..., nadie arriba, nadie abajo, nadie adelante,
nadie atrás... cada uno sentado a la misma distancia del centro...
Extendió sus manos con las palmas abiertas en dirección a la fogata. Cerró
los ojos e inspiró profundo, como si absorbiera el calor de Ninatayta (Padre
Fuego) por sus manos. Con la exhalación, larga y relajada, su rostro expresaba
satisfacción. Abrió lentamente sus ojos y dijo: - Ninaqa kawsaymi (El fuego es
vida).
De pronto, en medio del silencio de esa noche estrellada, su mirada se cruzó
con la de cada uno, y su voz suave y pausada se volvió a oír:
- Iman Pachamaman? (¿qué es Pachamama?)
La mayoría, casi al unísono contestó:
- Madre Tierra, la Madre Tierra!
Hubo una pausa difícil de explicar. Tal vez fueron fracciones de segundo que
parecieron horas. Wayra, el viento, también cesó, y el silencio se hizo aún más
profundo: El anciano negó con la cabeza.
Tomó un puñado de tierra con su mano derecha, y dijo:
- Kaypa sutin: allpan, hallp’an (el nombre de esto es allpa o hallp’a)
Se inclinó y se estiró, no si dificultad, hasta aferrar un puñado de arena con
su mano izquierda, y afirmó:
- Kaypa sutin: aqon, challan, tiyun (el nombre de esto es aqo, o challa, o
tiyu)
Después, insistió, mostrando lo que tenía en cada mano:
-Kaymi allpan, kaymi aqon. Iman Pacha? (esto es tierra, esto es arena ¿qué es
Pacha?)
Algunas miradas se cruzaron dubitativas, otras se dispersaron inquietas, otras
bajaron avergonzadas.
Y Machula, el abuelo, sentenció:
Y Machula, el abuelo, sentenció:
-Yachaytarpuyta reqsiypaq, simitata yachaykichischun (para conocer la cultura,
aprendan el idioma)...
Fuente: Chaski de la Cultura Andina
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