No busques amor; no lo esperes; no lo
exijas. Siempre te sentirás incompleto, y el miedo a la pérdida del amor te
acompañará a lo largo de tus días.
El amor no es un servicio de
suscripción. El amor no es una recompensa a tu buen comportamiento. El amor no
es algo que 'merezcas' o no.
Es tu derecho de nacimiento; así es que encuéntralo dentro de tu propio
corazón.
Cuando notes que tu atención se dirige
hacia fuera, buscando, luchando, manipulando, tratando de entender, apegándote,
aferrándote, detente. Invita a tu atención hacia lo más íntimo. A las
sensaciones de tus pies sobre el suelo, a sentir el peso de tu cuerpo mientras
es atraído hacia la Tierra. Al aliento, tan confiable, tan antiguo, subiendo y
bajando, subiendo y bajando, como una ola en la inmensidad de tu ser.
Deja que tu atención purifique la
garganta, el pecho, la boca del estómago; deja que impregne las crudas,
agitadas, fluctuantes, vivas sensaciones ahí. Deja que la atención impregne tu
tristeza, tu soledad, esa sensación de abandono de la que has estado tratando
de huir. Por un momento, ofrece un santuario a estos antiguos y hermosos fragmentos
del gran rompecabezas que descifraste hace mucho tiempo. Deja que la presente
escena de la película de tu vida se santifique con atención, con esta amorosa
presencia consciente llamada amor. Esto es orar.
Soy aquí. Estoy aquí. Y esta bien. Aunque
no se sienta bien, está bien. Mi tristeza es inteligente. Mi miedo es antiguo y
sagrado y digno. Mi anhelo arde con vida. Incluso mis dudas son de mi misma
esencia. No hay nada malo aquí; todo es acogido en el amor.
La vida es corta, sin embargo el amor es
infinito, y precioso, y siempre presente, y más cercano que el siguiente
aliento. Así es que no busques amor; no lo esperes; no lo exijas Pero conócelo.
Reconoce su presencia, su intimidad. Siéntelo susurrando en tu oído...
'Respiro contigo, mi amor. En cada
inhalación, en cada exhalación, y en los espacios de entremedio. Cuando estás
de rodillas, exhausto por el caos y la incertidumbre de la vida, estoy de
rodillas contigo. Cuando estás en la gloria, en la cumbre de este caprichoso
mundo, yo me regocijo contigo. Cuando te sientes perdido, y no puedes seguir
adelante, ya te he encontrado. Estoy tan cerca. Me río contigo, lloro contigo,
sangro contigo; tu sangre es la mía. Tu voz es mi voz, tu silencio mi silencio,
e iría hasta el fin de la Tierra para encontrarte, para luchar por ti, para
llevarte a casa.'
No puedes escapar del amor; es por eso
que no puedes conseguirlo.
Y así, si tuviera que elevar una
oración, ya habría sido respondida; la oración y la resolución como Uno; el
regalo recibido hace mucho tiempo.
Jeff Foster
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