Hubo
un día que pensé que me iba a quemar en mi propio fuego
pero este me moldeo como al hierro y me transformó en espada.
pero este me moldeo como al hierro y me transformó en espada.
Creí también que en mi agua me iba a ahogar,
porque jamás aprendí a nadar
pero flote cuando deje de luchar, y hasta esa orilla fui llevada.
Y fue así que comprendí que cuando soltas y no forzas
la vida te entrega esa ofrenda tan ansiada…
Y pude al fin ver que debajo del ruido y la obligación
se encuentra la verdad de mi corazón
y si hago silencio puedo escuchar
como sin decir palabra él me enseña a ver la vida
ya no más con los ojos de la mente colectiva,
sino con los ojos mi propia alma.
Alejandra Baldrich
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