"Cada vez que me ofendí
demostré mi debilidad..
Cada vez que me dolí el Alma
perdí una oportunidad
de fortalecer mi Esencia....
Cada vez que me dejé atrapar por la envidia
enterré mi riqueza personal.
Cada vez que traje al pasado a vivir mi presente
se me fue un ahora.
Cada vez que desoí a mi intuición
albergué falsas expectativas.
Cada vez que no acepté,
no pude modificar en nada
el pasaje que me tocaba vivir.
Cada vez que la rabia se apoderó de mis pensamientos,
condené a mi conciencia al desarraigo del razonamiento.
Cada vez que no elegí,
les di a otros el derecho que me pertenecía.
Cada vez que me entregué a la tristeza,
me sumergí en laberintos sin salida.
Cada vez que no quise escuchar,
sepulté para siempre un poco de sabiduría.
Cada vez que no me animé a decir que no,
me entregué a las fauces del depredador de turno.
Cada vez que mentí,
me creí algo que no era cierto.
Cada vez que acepte migajas por afecto,
quedé relegada al sitio de las sobras.
Cada vez que sobrepuse el deseo
de mis seres queridos al mío,
recibí más de lo que podía dar.
Cada vez que escuché lo que no me gustaba oír,
cobré valor ante la adversidad.
Cada vez que manifesté mis intenciones,
me di a conocer sinceramente
Cada vez que dije una verdad, aunque fuera dolorosa,
me liberé de un engaño.
Cada vez que me aventuré a lo incierto,
obtuve algo nuevo.
Cada vez que me atreví a reconocer lo diferente,
mi universo se vio enriquecido.
Cada vez que dejé volar mi imaginación,
hice posible un deseo.
Cada vez que reconocí un error, recuperé experiencia.
Cada vez que fui generosa,
recibí mucho más.
Cada vez que fui feliz
generé en mi entorno paz y armonía"
demostré mi debilidad..
Cada vez que me dolí el Alma
perdí una oportunidad
de fortalecer mi Esencia....
Cada vez que me dejé atrapar por la envidia
enterré mi riqueza personal.
Cada vez que traje al pasado a vivir mi presente
se me fue un ahora.
Cada vez que desoí a mi intuición
albergué falsas expectativas.
Cada vez que no acepté,
no pude modificar en nada
el pasaje que me tocaba vivir.
Cada vez que la rabia se apoderó de mis pensamientos,
condené a mi conciencia al desarraigo del razonamiento.
Cada vez que no elegí,
les di a otros el derecho que me pertenecía.
Cada vez que me entregué a la tristeza,
me sumergí en laberintos sin salida.
Cada vez que no quise escuchar,
sepulté para siempre un poco de sabiduría.
Cada vez que no me animé a decir que no,
me entregué a las fauces del depredador de turno.
Cada vez que mentí,
me creí algo que no era cierto.
Cada vez que acepte migajas por afecto,
quedé relegada al sitio de las sobras.
Cada vez que sobrepuse el deseo
de mis seres queridos al mío,
recibí más de lo que podía dar.
Cada vez que escuché lo que no me gustaba oír,
cobré valor ante la adversidad.
Cada vez que manifesté mis intenciones,
me di a conocer sinceramente
Cada vez que dije una verdad, aunque fuera dolorosa,
me liberé de un engaño.
Cada vez que me aventuré a lo incierto,
obtuve algo nuevo.
Cada vez que me atreví a reconocer lo diferente,
mi universo se vio enriquecido.
Cada vez que dejé volar mi imaginación,
hice posible un deseo.
Cada vez que reconocí un error, recuperé experiencia.
Cada vez que fui generosa,
recibí mucho más.
Cada vez que fui feliz
generé en mi entorno paz y armonía"
Cristina Legaspi
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