La región purépecha abarca la mayor parte del estado de Michoacán, y
durante esta época, vale mucho la pena acercarse a las tradiciones y vivir la
experiencia que el bello estado ofrece.
Cada uno de sus pueblos tiene costumbres diferentes; no obstante,
una de las celebraciones más importantes que une al estado es la del Día de las
Ánimas.
Hay un significado para cada actividad y elemento; por ejemplo, la
ofrenda o altar representa que los vivos llevan algo a un ser querido, es el
punto de reunión, donde se comparte la esencia divina con parientes y amigos.
Una de las consignas de los purépechas es que “no se come por
hambre, sino por darle al cuerpo lo que necesita para seguir disfrutando de la
vida. Otra es que todo se aprovecha, por eso utilizan los rabos de cebolla o
las hojas de higo, nada se desperdicia”, afirma la titular del restaurante Lu
Cocina Michoacana.
En general, las ofrendas deben tener atole negro o con cacao
tostado, un arco para que las ánimas entren y salgan, chilacayote para
purificar la piel del alma, cerveza y tequila porque es una fiesta en la que
hay que brindar con los que vienen de visita. “También hay platillos, pero no
se pone lo que le gustaba al difunto, sino los elementos que marca la
tradición”, puntualiza.
El menú para las ánimas, en región lacustre se cocina mucho la trucha
en chile, adobo y mole. En Zacan de San Lorenzo acostumbran los tamales. En
Tzintzuntzan se acostumbra el pozole frío y combinado con frijoles en lugar de
carne. En Cuanajo se hacen caballitos de madera llenos de fruta y arcos donde
incluyen chilacayotes, chayotes y las fotos de los difuntos.
Y en Ihuatzio se ofrecen uchepos tanto a los visitantes vivos como
a las ánimas.
Inspirada en las delicias de diferentes regiones de Michoacán, la
chef Lucero Soto propone platillos como pozole con hierbabuena y una mezcla de
pinole y chile guajillo; atapakua de calabaza con uchepos; atapakua de
hierbabuena y nacatamales con trucha de Zitácuaro; y de postre una ofrenda que
lleva crujiente de chilacayote.
La recomendación de la experta es visitar cualquiera de las zonas
de Michoacán para probar las delicias que preparan, y, por supuesto, vivir las
tradiciones de una noche de ánimas como la celebración de Pátzcuaro.
Fuente: Urban 60
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