En el origen de los
tiempos, vivía Bumba totalmente solo en el reino de la oscuridad. Estaba tan
triste que se sintió agitado en su interior por un terrible dolor de estómago.
De la primera náusea Bumba vomitó el Sol, iluminando así el universo. El calor
del sol provocó que la tierra disuelta en el agua se secase en algunas partes.
Cuando llegó la noche,
la oscuridad volvió a reinar, por lo que Bumba se volvió a sentir mal,
vomitando entonces la luna y las estrellas para que la noche tuviera también su
luz. Bumba siguió vomitando durante el día y la noche, apareciendo entonces
nueve criaturas: un leopardo, un águila, el cocodrilo, un pez, una tortuga, el
rayo, una garza, un cabrito y un escarabajo.
Entonces, Bumba vomitó
al hombre, millones de ellos, uno blanco como él, llamado Yoko Lima, y el resto
negros porque fueron vomitados en la noche, y todos ellos se procrearon y se
extendieron por todos los territorios, creando a su vez nuevas criaturas.
En
ese momento, los tres hijos de Bumba (Nyonye Ngana, Chongannda y Chedi Bumba)
dijeron a su padre que ellos terminarían de hacer el mundo. De todas las
criaturas solamente Tsetse, el rayo, creaba problemas. Tanto mal hizo que Bumba
lo atrapó y lo encerró en el cielo. La humanidad se quedó entonces sin fuego, hasta
que Bumba enseño al hombre cómo sacar fuego de los árboles.
Cuando
finalmente la obra de la creación estuvo acabada, Bumba se paseó entre los
pueblos y dijo a los hombres: «Mirad todas estas maravillas. Os pertenecen».
Del dios Bumba, el creador, el «Primer Antepasado», proceden todas las cosas y
todos los seres.
Fuente:
Mitosafricanos.blogspot
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