Madre
Tierra, Madre Estrella,
a la que llaman con
mil nombres,
que todos
recordemos que somos células en
tu cuerpo y
dancemos juntos.
Eres el grano y la hogaza que nos
sustentan cada día.
Y eres paciente con nuestros esfuerzos por
aprender.
También seremos pacientes con nosotros mismos
y unos con otros.
Somos luz radiante y tinieblas sagradas, el
equilibrio….
Tú eres el abrazo que fortalece
y la libertad más allá de todo temor.
En tu seno nacemos, crecemos, vivimos y morimos…
Nos llevas alrededor del círculo para renacer,
danzas dentro de nosotros.
Para siempre.
Gráfico: La felicidad en los caminos |
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