"Para poder ser anaconda o águila, hay que preparar el corazón mucho tiempo. Para ser todos los pueblos indígenas del Abya Yala, los guaraní o todos los pueblos del mundo, los viejos nos han dicho que no basta la máscara de las palabras, que debemos preparar las manos, el cuerpo, los ojos, la boca, los oídos.
Pero
que para ver al otro no bastan tampoco los ojos, y que incluso después de tener
el cuerpo y el corazón preparados, debemos seguir cuidando que la mezquindad no
nos engañe, que la vanidad no nos ciegue, porque entonces, los abuelos-anaconda
o los abuelos-águila no habitarán en nosotros y las máscaras serán apenas unos
malos disfraces.
Ir al otro y volver del otro, no es un problema intelectual, es un problema del corazón, claro que uno puede estudiar al otro, es más, es su deber hacerlo, pero comprenderlo es algo distinto; conocer la vida de los pueblos, hacer la pregunta necesaria que conduzca al saber, no sale del conocimiento de los científicos sino del corazón del hermano o de la hermana. Sólo así es posible que las personas puedan salir de su mundo y entrar en los otros mundos; de lo contrario, es posible que vayan y regresen, pero sin comprender, pisando las hierbas que dan vida, porque imaginan que son malezas, profanando la tierra porque la ven como negocio, violando el agua con su indiferencia, se podrá ir a muchos mundos, pero si no se tiene el corazón preparado, no veremos nada."
Abadio
Green
Fotografia Alumnos de la Escuela Intercultural Yryapu y el docente Javier Rodas - 15 de Septiembre de 1.997
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