Los Mbyá Guaraní son los habitantes originales de un territorio que hoy
ocupan en parte Paraguay, el sur de Brasil y el norte de Argentina.
El pueblo
Mbyá resistió la colonización impulsada por las misiones jesuíticas
manteniéndose en la profundidad del bosque, y luego a dado una lucha que ha
durado siglos ‒y que se mantiene en la actualidad‒ por preservar sus territorios, su
lengua y su cultura.
Durante su historia han debido enfrentar fuerzas poderosas
que han amenazado su supervivencia: primero los conquistadores y misioneros
españoles y portugueses, luego los gobiernos coloniales, posteriormente los gobiernos
criollos que los obligaron a participar en las guerras que involucraron a
Paraguay, Argentina y Brasil, y finalmente las amenazas más recientes de la
agricultura en gran escala y los misioneros evangélicos y católicos que siguen
recorriendo las comunidades, además de la irrupción de la globalización al
interior de sus propias familias a través de elementos de la modernidad (celulares y television).
Hoy los mbyá viven en retazos de los grandes territorios que solían
recorrer, arrinconados por plantaciones extensivas de soja, maíz y trigo que
han cambiado completamente el paisaje en los últimos 20 años, transformando el
bosque en pampas infinitas de monocultivos industriales.
A pesar de las continuas y persistentes agresiones que han recibido
durante los últimos 500 años, los mbyá han conservado intactas una gran parte
de sus costumbres y forma de vida.
En el Opy, su casa del rezo, se reúne la
comunidad al atardecer para acompañar el rezo de los Ramoi y las Jaryi, los
abuelos y abuelas que lideran la vida espiritual de los mbyá. Allí se realiza
el tangará, la danza circular que inician los niños y niñas, y se fuma el
tabaco ceremonial en pipas o cigarros hechos con las mismas hojas de la planta.
Fuente
Raíces del Sur
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