La lección
más liberadora que habrás de aprender: Nadie puede hacerte feliz. Y tú no eres
responsable de la felicidad de nadie más.
Eres libre.
La libertad es tu naturaleza, y siempre lo fue.
Así, como el
Sol, tú brillas.
No esperes
que otros brillen, no necesitas una excusa para brillar, simplemente brilla.
No te
sientas responsable por todos los soles que aún no descubren su propio brillo.
Simplemente brilla.
Enseña con
el ejemplo. Recorre tu camino, con valentía. Y si a otros les molesta que
brilles, si te juzgan, si te atacan por no hacerlos el centro del universo,
está bien. Ese es su trabajo. Ese es su camino. Deséales lo mejor.
Y cuando
dejas de tratar de salvar a otros, cuando dejas de tratar de ser la madre o el
padre que nunca tuvieron, finalmente puedes amarlos. Puedes estar presente, en
paz.
Puedes
amarlos lo suficiente como para dejarlos ir. Porque el amor tiene la fragancia
de la libertad.
Jeff Foster
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