Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

sábado, 20 de junio de 2020

Manuel Belgrano y el deseo de libertad y autodeterminación para los Pueblos Indígenas.



Las Comunidades Originarias en Argentina reclaman el cumplimiento de sus derechos, el respeto a sus territorios y a su autodeterminación como Pueblos.

Manuel Belgrano comprendió esa necesidad y aspiró para los Pueblos Indígenas un lugar importante en la organización social y política, basándose en el respeto a sus culturas y pensando una nación pluriétnica y multicultural.

Esta visión de república se ve reflejada en el Reglamento para el Régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de las Misiones, redactado por Belgrano en el campamento de Tacuarí, en 1810. Solicitó además que el Reglamento, que venía a restituir sus derechos de libertad, propiedad y seguridad, fuera traducido al idioma Guaraní, para que todos “los naturales” lo entendieran.

“Todos somos iguales y nos debemos respeto. En esta tierra todos somos dignos y debemos contribuir a la grandeza de nuestra Patria”, aseguraba Belgrano.

“Hoy todos somos uno”

“Todos los naturales de Misiones son libres, gozarán de sus propiedades y podrán disponer de ellas como mejor les acomode...”, indicaba Belgrano.

El Reglamento proveía medidas para la distribución de tierras en propiedad y la libertad plena para el comercio. Suprimió el pago de tributos, eximiendo por diez años de todo impuesto a los habitantes de Las Misiones. Haciendo foco en la educación, dictaminó que cada Pueblo debería contar con escuela.

El Reglamento proporcionaba acciones para llevar a cabo ordenadamente el reparto de los bienes comunitarios y la plena libertad de comercio.
También impulsó medidas en el orden sanitario, lo que involucraba determinada forma de construcción edilicia.

Respecto a las lenguas indígenas, mencionaba que “...no está en mi ánimo desterrar el idioma nativo de estos pueblos...”

Bajo el lema “hoy todos somos uno” ordenó la supresión del tributo -servicios personales que pagaban con trabajo casi esclavo a la corona y a los españoles- al que estaban obligados a cumplir los miembros de las Comunidades Indígenas, además de eximirlos por diez años de todo tipo de impuesto. A su vez liberó el comercio de todas sus producciones, incluso la del tabaco –que se vendía exclusivamente por cuenta del Rey y suponía importantes ingresos económicos- con el resto de las Provincias del Río de la Plata. “Tal vez uno de los gestos más revolucionarios del momento, a favor de los indígenas y en contra del rey, haya sido el punto 3 del Reglamento, ya que el tabaco estaba “sujeto al estanco…. se vende exclusivamente por cuenta del rey en todos sus dominios” y no era poco importante su rédito “La venta del tabaco supone uno de los capítulos más importantes de los ingresos del rey. En 1776 le proporciono más de 87.000.000 de reales…alrededor de 73.000.000 en 1784” (“Imagen de la moderna España” Jean Francois Bourgoing Univ. de Alicante 2012); no era poca cosa el impacto económico” (J. M. Baigorri Guerrico Tesis de Maestría).

Todas estas directivas mostraban a un Belgrano sensible y preocupado por la realidad de los Pueblos Originarios, deseoso de construir una Patria basada en la igualdad, la libertad y el respeto.

#SomosVidaEnElTerritorio

#ENDEPA

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