Volvemos gracias a nuestra madre,
la Tierra que nos sostiene.
Volvemos gracias a los ríos y arroyos
que nos proveen de agua.
Volvemos gracias al todo tipo de hierbas, que suministran medicamentos
para la cura de nuestras dolencias.
Volvemos gracias al maíz y a sus hermanos,
los frijoles y calabazas, que nos dan la vida.
Volvemos gracias a los arbustos y árboles,
que nos ofrecen sus frutos.
Volvemos gracias al viento,
que mueve el aire, desterrando sufrimientos.
Volvemos gracias a la Luna y a las estrellas
que nos han dado su luz cuando el Sol se ha ido.
Volvemos gracias a nuestros abuelos,
que han protegido a sus nietos en la magia, y nos han dado su lluvia.
Volvemos gracias al Sol,
que ha mirado a la Tierra con un ojo bienhechor.
Por último, regresamos gracias al Gran Espíritu,
en quien se encarna toda la bondad
y que dirige todas las cosas para el bien de sus hijos.
Fuente: Plumas de Águila
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