La mina de carbón El
Cerrejón, la más grande del mundo a cielo abierto y que utiliza unos 35.000
litros de agua al día, afecta la vida de los indígenas, privándolos de la única
fuente hídrica que tenían y causando numerosas muertes entre la población.
Armando Valbuena, autoridad
tradicional de los Wayúu, denuncia que alrededor de 14.000 niños de esta
comunidad indígena han muerto de inanición y “la mortandad no se detiene”,
según lo cita el portal Aporrea.
El territorio que ocupan los
Wayúu, en el norte del país, carece de controles y presencia estatal
colombiana. Mientras los miembros de la comunidad se mueren de sed y hambre, la
escasa ayuda gubernamental no llega a los indígenas por culpa de la corrupción,
según los voceros de la población Armando Valbuena y Javier Rojas Uriana.
Este último, representante
legal de Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas Wayuu Shipia Wayuu,
fue a presentar una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) de la OEA, por la violación de sus derechos vitales
fundamentales, y a exigir que se tomen medidas urgentes para que los indígenas
puedan recuperar el uso del río Ranchería, el único que poseen.
“Las medidas que se han
tomado son insuficientes y Cerrejón, con el permiso del Gobierno Nacional, se
apoderó de la única fuente hídrica que teníamos, dejando a la comunidad
aguantando sed y por eso se han perdido muchas vidas”, declaró Uriana, según lo
cita ‘El Heraldo‘.
“Las regalías han ido a
parar a los bolsillos de los políticos y nos han usado como excusa para
direccionar recursos para supuestos programas que nunca nos han beneficiado”,
agregó.
Lejos de ser un caso aislado
La tragedia de los Wayúu
está lejos de ser el único caso que representa la grave violación de los
derechos de los pueblos indígenas por parte de las grandes empresas.
En febrero, varias
agrupaciones indígenas del Cauca, uno de los principales departamentos de
aborígenes en Colombia, organizaron un levantamiento pacífico para exigir
que se les reconozca el derecho a la tierra y acusar al Gobierno de usurpar sus
territorios más productivos.
Los manifestantes
denunciaron que el Gobierno había asignado sus tierras más fértiles a la
industria cañera. Además, señalaron que las empresas instaladas contaminan
estas zonas milenarias sin respeto alguno por el medioambiente.
“Hay un interés
por parte de las multinacionales que pretenden entrar en estos territorios
para explotar yacimientos de diferentes metales, entre ellos, el oro”, señaló a
RT el portavoz del consejo regional indígena del Cauca, Antonio Palechor.
"Nos han dicho que
nosotros somos personas terroristas, que nosotros somos personas que estamos en
contra del desarrollo, estamos en contra del sistema"Isabel Turuy Patzan,
un hombre indígena.
En Perú,
los pueblos indígenas protestan desde hace años contra la extracción de
recursos en sus territorios y la explotación de hidrocarburos. A finales de
enero, cientos de indígenas peruanos paralizaron la producción en la
mayor concesión petrolífera del país, denominada ‘Lote 1AB’, operada por la
empresa argentina Pluspetrol.
En Brasil, la
multinacional Coca-Cola está involucrada en varias luchas de los pueblos
indígenas, ya que compra el azúcar a la empresa estadounidense Bunge, que,
según denuncian, lo obtiene de tierras robadas a sus tribus.
En Argentina, el
conflicto entre el Estado y los indígenas Qom por el derecho a la tierra y su
propia identidad, no deja de agitar al país y genera cada vez más discordia en
la sociedad.
Por su parte, la comunidad
indígena de Guatemala denuncia que está bajo presión del Gobierno por su
oposición a los proyectos que las multinacionales quieren llevar a cabo en los
asentamientos de la población autóctona.
“Nos han dicho que nosotros
somos personas terroristas, que nosotros somos personas que estamos en contra
del desarrollo, estamos en contra del sistema”, dijo Isabel Turuy Patzan, un
hombre indígena.
Los activistas aseguran que
la falta de información es uno de los factores que permiten a las autoridades
criminalizar las protestas, impedir consultas y acallar las voces de todo un
pueblo.
El desastre causado por
Chevron
Uno de los casos más
impactantes y tristemente conocidos es el de la petrolera estadounidense
Texaco, más tarde absorbida por Chevron, que causó uno de los peores desastres
medioambientales de la historia en la Amazonía ecuatoriana. Debido a las malas
prácticas extractivas afectaron al ecosistema, a las personas, a las especies;
alteraron tanto el medioambiente que hasta obligaron a desplazarse a
poblaciones indígenas de sus territorios ancestrales.
Se calcula que durante los
30 años que la petrolera estuvo en Ecuador se vertieron aproximadamente
80.000 toneladas de residuos tóxicos en un área de unas 500.000 hectáreas.
Además, se estima que esta contaminación se ha cobrado al menos 1.400 vidas en
la región, por enfermedades derivadas de los vertidos. Muchos indígenas y
agricultores siguen afectados por las secuelas, que incluyen malformaciones de
nacimiento y distintos tipos de cáncer.
"Las empresas
transnacionales gozan de derechos especiales, protecciones y privilegios que
han llevado la injusticia social y ambiental a un nivel sin precedentes, en
particular en los países en desarrollo que no cuentan siempre con los recursos
legales suficientes para defenderse."Ricardo Patiño, ministro de Relaciones
Exteriores del Ecuador.
Por su fuera poco, la
petrolera norteamericana se ha negado a pagar una indemnización de 9.500
millones de dólares, fijada por la justicia de Ecuador, en el marco de un
proceso legal iniciado por indígenas y colonos de la Amazonía ecuatoriana.
“El daño masivo causado por
Texaco en la zona de Lago Agrio en la selva amazónica del Ecuador es bien
conocido. Esta espeluznante contaminación es evidente en las piscinas
infectadas de desechos tóxicos que aún permanecen veinte años después de la
salida formal de la petrolera estadounidense de nuestro país. A pesar de perder
un caso judicial en Ecuador, llevado por las comunidades indígenas
afectadas, Chevron (que adquirió Texaco en 2000) está utilizando
ilegal e ilegítimamente el sistema internacional de arbitraje para eludir
el cumplimiento de la sentencia emitida en el Ecuador”, manifestó al respecto
el ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, Ricardo Patiño, en un
artículo escrito para RT.
Casos con final feliz
No obstante, algunas de las
luchas de los indígenas contra las transnacionales sí que tienen un final
feliz. Así, en octubre del año pasado la Corte Suprema de Chile revocó el fallo
de un tribunal que había dado luz verde al proyecto de oro y cobre El Morro, de
la empresa canadiense Goldcorp, gracias a un recurso de protección interpuesto
por los indígenas diaguitas.
La Corte Suprema señaló que
la resolución favorable del estudio de impacto ambiental obtenida en octubre
del 2013 estaba viciada porque no se había hecho la consulta correspondiente a
las comunidades involucradas y, en un fallo dividido, revirtió la decisión de
la Corte de Apelaciones de Copiapó, a unos 800 kilómetros al norte de Santiago,
que había rechazado el recurso de protección de los diaguitas.
Esta victoria se sumó a
otros fallos judiciales, ganados por los diaguitas a la canadiense Barrick
Gold. Así, en mayo del 2013 paralizaron el proyecto aurífero Pascua
Lama, en un sector compartido de la cordillera de los Andes, tras demostrar que
los trabajos previos de la mina contaminaban los glaciares cercanos, obligando
a la empresa a concretar un compromiso con los indígenas, que podrán acceder a
información del proyecto, para ser posteriormente revisada por expertos.
Fuente: El Ciudadano, 3 de
Abril de 2.015
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