Hay un gran alboroto en el cielo.
Está llegando Eduardo. El revoltoso, el poeta. Salen a recibirlo sus amigos de siempre,
el gordo Soriano, Cortázar, Benedetti, Juan Gelman con su hijo, y tantos
otros... pero detrás de ellos, hay un rumor de alas, cobrizas y descalzas,
humildes y máss inocentes que antes, son las almas de Latinoamérica, aquellas
que fueron ultrajadas, explotadas, contaminadas y torturadas,
aquí en La Tierra.
Vienen a recibir al Hombre, ese que siempre los
cuidó y los quiso, y los hizo visibles a través de sus inigualables palabras. Aquí abajo, los que sabemos su Verdad, estamos
muy tristes, nos duelen las venas ahora más abiertas que nunca.
La sensibilidad ha perdido una mente y un corazón,
que nadie podrá reemplazar.
Don Eduardo era como mi papá. Y es muy grande
decirle a un hombre que no conociste ni abrazaste, que es igual al hombre que
más amor te dio en la vida, pero es así, los Maestros tienen ese don, ese aura,
que nos ayuda a seguir siempre adelante aunque la herida duela infinitamente.
Los pobres, las mujeres golpeadas, los poetas, la
sabiduría, la humildad, el pueblo más remoto de nuestro continente, los
explotados, la alegría, los fumigados... todos absolutamente todos, nos
sentimos un poco huérfanos, un poco como esos niños que él nos mostraba bañados
de pureza, pese a los horrores.
¿Quién como él para luchar contra los poderosos,
los dictadores, la soberbia? ¿Quién como él para mostrarnos que lo real es lo
que sentimos, sea por una persona, por la naturaleza, o la justicia?
Hoy somos más pobres, se ha ido el Hombre sin
fronteras, y el mejor homenaje es seguir leyendo sus Verdades, y ponernos
siempre del lado de los que sufren las monstruosas injusticias humanas, sin
dejar de lado la alegría y el buen romance.
Me duele este día, aunque sabía que podía llegar,
duele mucho, pero no me impide confesar que a Eduardo Galeano, lo amé y lo amaré
siempre, como a aquel hombre de mi infancia, que por las tardes yo esperaba
ansioso porque sabía que en sus bolsillos había caramelos.
Hasta siempre ser de luz, nos veremos siempre en un
verso o en una puteada porque, "al fin y al cabo somos lo que hacemos para
cambiar lo que somos."
Gaspar Rodenas
Fuente: FB Las Venas Abiertas
Me ha encantado este homenaje, este adiós sin adiós, esta confesión de admiración y respeto. Tal vez porque yo también amé a este hombre que desde su letras y sus pensamientos supo llegar a mi corazón.
ResponderEliminarUn abrazo.
MERECIDO HOMENAJE A UN LUCHADOR ... A UN GRANDE!!!!!
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