El Parque Provincial Salto Encantado está ubicado en Misiones y posee una catarata rodeada de mística y rituales.
A 140 kilómetros de Posadas, nos encontramos con esta reserva próxima a la localidad de Aristóbulo del Valle. Se trata de un espacio que cuenta con 13.227 hectáreas y que ofrece un contacto directo con nuestra naturaleza. Alberga diversas especies de árboles y una fauna variada, destacándose por las aves que lo habitan. Es una de las joyas mejores guardadas de la tierra misionera. Sobre un paredón rocoso, podemos observar a la catarata mágica que le da su nombre. La misma tiene una caída de agua de 64 metros de altura y se desprende del arroyo Cuñá Pirú. Si queremos acceder a ella, sólo tenemos que transitar una escalera de 375 escalones que nos regala cercanía y riqueza auditiva.
El lugar forma parte de las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (AICAS) de la provincia. Su vegetación es el hogar de 214 especies, como la yacutinga y el águila viuda. Asimismo, tiene registros de 36 especies de mamíferos, entre ellos el yaguareté. El parque es vigilado y controlado permanentemente por guardaparques del Ministerio de Ecología.
Entre los rincones de su selva, se avistan comunidades de guatambú blanco, cedro, lapacho y cañafístola. Paralelamente, la presencia de lagartos, ardillas y mariposas forman parte del paisaje permanente. Mediante algunos senderos cortos y otros largos, es posible completar el recorrido que dirige hacia cuatro saltos además del encantado.
Para nuestra comodidad, la reserva ofrece amplios servicios. En este sentido, tendremos a nuestro alcance un maxi kiosco donde se puede recargar agua, elementos de primeros auxilios y sanitarios relucientes. También, se haya instalado un puesto de ventas de artesanías locales y un restaurante que platos típicos y una envidiable vista. Y si surge alguna duda, el servicio de información turística está disponible constantemente y su personal trabaja con gran dedicación.
Se dice por ahí
El Salto Encantado fue descubierto por primera vez a raíz de un viaje exploratorio realizado en 1936. Previo a ese momento su existencia era todo un misterio. Si bien circulaban rumores y comentarios acerca de sus propiedades mágicas y religiosas, nadie podía dar con su paradero. Sin embargo, llegó el día en que se dejó explorar y su ubicación fue revelada para que el resto del mundo pudiera apreciarlo.
Desde tiempos antiguos, una leyenda hablaba sobre él y su origen. Fue la oralidad y los creyentes quienes guiaron su búsqueda. La historia relataba una tragedia de amor inspirada en el asentamiento aborigen guaraní que pobló el Valle del Cuñá Pirú. Allí, convivían dos tribus que eran enemigas. Aguará, el cacique de una, tenía una hermosa hija llamada Yate-í. En el otro extremo, estaba Yurumí, cuyo hijo de nombre Cabure-í, era un excelente cazador y guerrero.
Los jóvenes se conocieron durante una cacería y el romance nació entre ellos. Sus padres no lo aceptaban y el odio desató una enorme batalla. Durante la lucha, Aguará murió y la muchacha comenzó a llorar, formándose con sus lágrimas pequeños hilos de agua. Su amado, al observarla, dejó sus armas y corrió a consolarla. En ese instante, cientos de flechas de ambos bandos abatieron a la pareja.
Tupá, el dios de la naturaleza, hizo que las lágrimas de Yate-í crearan un arroyo y que la tierra se abriera, cobijándolos. En aquel lugar, la fluente cayó dando vida a la cascada mística que hoy se esconde en el medio de la selva. Actualmente, Salto Encantado captura la atención de miles de turistas que se acercan a conocer su historia y a corroborar en persona su belleza.
Escrito: Florencia Duré
Fuente: Ser Argentino.
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