Yaguarón o Yaguaru. (Jaguaron o Jaguaru)
Nombre del cacique al que obedecían los caseríos guaraníes asentados en cercanías a la actual Itatí, que provisionó de alimentos y otros enseres a la expedición de Sebastián Caboto, en su primer viaje de exploración por la zona.
Cuenta Manuel Florencio Mantilla:
“Refiere Luis Ramírez, de la armada con que Sebastián Caboto descubrió y exploró el río Paraná y parte de los ríos Paraguay y Bermejo -en carta del 10 de Julio de 1528, datada en el “Puerto de San Salvador”-, que, durante la primera navegación del mencionado piloto por el río Paraná, fueron tales la miseria, el hambre y las penalidades de los expedicionarios, que habrían perecido de no recibir abundancia de bastimento y protección eficaz de los caseríos guaraníes, que obedecían al cacique Yaguarú.
“Tenía éste, el asiento de su poder en las proximidades del actual pueblo Ytaty; y eran sus vasallos, agricultores hospitalarios. Caboto llegó al lugar el 26 de Febrero de 1528, y dio al puerto el nombre “Santana”. Antes del arribo había recibido “hasta veinte canoas cargadas de bastimento de la tierra, más preciadas que si fuesen cargadas de oro e piedras preciosas”.
“Durante su permanencia en el puerto, “así Yaguarú como todos los otros mayorales de la tierra, truxeron mucho bastimento de abatí, calabazas, raíces de mandioca, patacas e panes hechos de la arina de las raíces de mandioca”.
“El mismo Ramírez (a quien reproducimos literalmente), instruye de que Caboto mandó explorar río arriba, y los expedicionarios encontraron poblaciones cariñosas y generosas como las anteriores. Unos y otros indios usaban “orejeras y planchas de muy buen oro y plata” que las adquirían “por cuentas é por canoas de otros de la mesma generación, que moraban sesenta o setenta leguas, el río Paraguay arriba, siendo de seis jornadas, el viaje por tierra, en que la mitad del camino es toda alagunas é anegadizos”. Aunque tentadoras, fueron respetadas las “orejeras é planchas” de los indios, porque más valía la amistad de ellos, y se confiaba llegar a la región que las producía.
“En procura de ella, dejó Gaboto el puerto “Santana”, el día 28 de Marzo de 1528, bien provistos sus barcos; retrocedió hasta el cauce del río Paraná que lleva al Paraguay, remontó éste y penetró en el Bermejo, donde libró combates desgraciados contra los indios; viéndose obligado a retroceder, a consecuencia de ellos, y por la noticia de haber entrado naves en el río de Solís”.
Al hacer mención específica sobre el cacique guaraní, el mismo autor señala:
“Caboto y Luis Ramírez escriben Yaguarón; pero en mi concepto incurrieron en un error. La terminación en on, no es del idioma guaraní, y tanto el cacique protector de los españoles, como sus vasallos, pertenecían a la raza guaraní, y hablaban su lengua; además, el nombre así escrito y pronunciado, nada significa.
“Yaguarú, es guaraní genuino; su significado, lobo grande, cuadra bien a los usos de los indios, y a la manera de singularizarse sus caciques. Es prudente suponer que éste y no aquél, fue el nombre verdadero del poderoso jefe guaraní".
Bibliografía:
Material extraído de la obra “Crónica histórica de la Provincia de Corrientes”, del doctor Manuel Florencio Mantilla, editado en Buenos Aires, 1972, dos tomos.
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Actualmente, en guaraní, se escribe: Jaguaru, como se le llama al lobo americano; la j, es la consonante palatal africada sonora, igual a la y del español, o la j del inglés, cuyo nombre es je; y, ru, sin tilde, ya que no se acentúan gráficamente las palabras que tienen su acento tónico sobre la vocal final.
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