El incremento de botellas de plástico vendidas en 2016 en el mundo
–480 billones, en contraste con los 300 billones que se vendieron en la década
anterior– ha preocupado a científicos y expertos. Además de sobrepoblar los
océanos de lugares remotos, la contaminación de plástico ya está encontrando la
forma de introducirse en la cadena alimentaria humana.
La locura por el plástico no se detiene. Un millón de botellas
plásticas son vendidas alrededor del mundo cada minuto, y el número podría
crecer en un 20% para el 2021, y derivar en una crisis medioambiental
que, según predicen algunos activistas, será tan seria como el cambio
climático.
Esta demanda es equivalente a la venta de cerca de 20 mil botellas
cada segundo, y es dirigida por un aparente deseo insaciable por agua envasada
y la propagación de una cultura occidental “urbanizada” en China y la región de
Asia y el Pacífico.
Así, más de 480 billones de botellas plásticas fueron vendidas
en sólo 2016 alrededor del mundo, superando los cerca de 300 billones que
se vendieron en la década anterior. Para visualizarlo, si esas botellas se
pusieran en una fila, se extenderían a más de la mitad del camino hacia el sol.
Para el 2021, esta cantidad aumentará a 583,3 billones, según las estimaciones
más actualizadas del Informe de tendencias globales de envases de Euromonitor
International, según consigna The Guardian.
La mayoría de las botellas plásticas que se usan para agua y
bebidas sin alcohol están hechas de tereftalato de polietileno (Pet),
material que es altamente reciclable. Sin embargo, a medida que su uso se ha
disparado en todo el mundo, los esfuerzos para recolectar y reciclar las
botellas para evitar que contaminen los océanos no han seguido el
mismo ritmo.
Así, menos de la mitad de las botellas compradas en 2016
fueron recolectadas para reciclaje y sólo el 7% de ellas –las recolectadas–
fueron convertidas en nuevas botellas. En vez de eso, la mayoría de las
botellas plásticas producidas terminan en vertederos o en el océano.
Entre 5 y 13 millones de toneladas de plástico se fuga en los
océanos del mundo cada año para ser ingerida por aves marinas, peces y
otros organismos, y para 2050 el océano contendrá más plástico por peso que los
peces, según una investigación de la Fundación Ellen MacArthur.
El plástico podría meterse en nuestra comida
Expertos advierten que parte de ellos ya están encontrando la forma
de introducirse en la cadena alimentaria humana. Científicos de la Ghent
University en Bélgica calcularon que las personas que comen mariscos ingieren
hasta 11 mil pequeñas piezas de plástico cada año. Y en agosto pasado, los
resultados de un estudio de la Universidad de Plymouth indicaron que se
encontró plástico en un tercio del pescado capturado en Inglaterra,
incluyendo bacalao, merluza, caballa y mariscos.
El año pasado, la Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria pidió una investigación urgente, motivada por una creciente
preocupación por la salud humana y la inocuidad de los alimentos “dado el
potencial de contaminación microplástica en tejidos comestibles de pescado
comercial”.
Además, existe preocupación sobre el impacto de la contaminación
plástica en los océanos del mundo. El mes pasado, científicos encontraron
cerca de 18 toneladas de plástico en una de las islas más remotas del mundo, un
arrecife de coral deshabitado en el Pacífico Sur. Y otro estudio sobre las
playas del Ártico encontró que ellas están fuertemente contaminadas con plástico,
a pesar de que la población local es muy reducida.
La mayoría de las botellas plásticas usadas alrededor del mundo se
destinan al agua potable. China es responsable de la mayoría del incremento en
la demanda, que corresponde a cerca de un cuarto de la demanda mundial, según
los datos de Euromonitor International.
La mayores marcas de bebidas producen la mayor cantidad de botellas
plásticas. Coca-Cola produce más de 100 billones de ellas cada año –o 3.400 por
segundo, de acuerdo a un análisis encargado por Greenpeace luego de que la
empresa se negara a revelar públicamente su uso de plástico global. Las seis
principales compañías de bebidas en el mundo usan una combinación que combina
en promedio un 6,6% de Pet reciclado en sus productos de acuerdo a Greenpeace.
Las botellas podrían estar hechas de un 100% de plástico reciclado,
conocido como RPet –y los activistas están presionando a las grandes compañías
de bebidas para que aumenten radicalmente la cantidad de plástico reciclado en
sus botellas. Sin embargo, las marcas son hostiles a usar RPet por razones
estéticas, ya que quieren productos en plástico brillante y limpio, según
afirma Steve Morgan, de la ONG Recoup in the UK.
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