Por
eso un día se juntaron todos y comenzaron a expulsar de sus tierras a todos los
primeros extranjeros, matando y destruyendo las construcciones de ellos; algunos
sobrevivientes lograron escapar a Corrientes para salvar sus vidas, y los
despojaron de sus animales, vacas y caballos. Desde ese tiempo los aborígenes poseían semillas de toda clase, de las cuales sembraban cuando llegaba la época de la siembre; con el algodón hilaban fibras para tejer ropas de todo tipo; las pieles de los animales eran habituales en las vestimentas de ellos; las tierras de ellos otra vez las recuperaron y lograron vivir sin compañía de estos extranjeros.
Fuente: Libro Historia de los aborígenes
Toba del gran Chaco contadas por sus ancianos, de Orlando Sánchez.
Argentinidad y Pueblos Originarios
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