En el México antiguo, estos guerreros eran la máxima expresión del ejército.
Eran guerreros entrenados en todas las artes y ciencias a su más alto nivel, y debían tener la capacidad de ser guías morales y espirituales.
Ingresaban primero al Telpochcalli (la escuela de entrenamiento) y después de su entrenamiento como guerreros jaguar o “ocelopilli,” aspiraban a ser guerreros águila o “cuauhpilli,” estudiando en el “calmécac,” o universidad.
El jaguar es la representación de la materia, lo terrenal; el que lograba dominar a sí mismo y hallaba el servicio a sus semejantes.
Y Águila era el que simbolizaba la conquista de las más altas aspiraciones humanas: la superación del nivel ordinario de la conciencia y la obtención de una alta espiritualidad.
El jaguar representa la Tierra
y El águila es la representación del sol
Ometeotl. A’hoo.
Compartido por Fernándo Emilio Flores.
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