Los indígenas la llaman “la bebida de los dioses”, la cual vincula a través de la energía física, la tranquilidad mental y el placer de estar enfocado en el aquí y en el ahora.
Entre las alternativas más populares del café, se encuentra la yerba mate. Oriunda de América del Sur, principalmente Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, su nombre científico es Ilex paraguariensis.
Así como el café inunda los días de los italianos, la yerba mate se encarna en el día a día de los sudamericanos. Por lo que, para beber este té es indispensable hacerlo con amigos compartiendo la misma tetera como un símbolo de conexión y amistad, pues sus efectos pueden llegar a intensificarse.
Los indígenas la llaman “la bebida de los dioses”, la cual vincula a través de la energía física, la tranquilidad mental y el placer de estar enfocado en el aquí y en el ahora. Si bien contiene menos cantidad de cafeína que el café, produce menos efectos secundarios como dificultades para dormir, la adicción y el temblor en ciertas zonas del cuerpo. Hay quienes dicen que la yerba mate es un energetizante suave, limpio, calmado.
La yerba mate contiene dos principales compuestos: la teobromina y la teofilina. Ambos son alcaloides que proveen efectos estimulantes únicos y evidentes, ideales para atletas que buscan mejorar su performance, para personas que se encuentren física o mentalmente fatigadas, como tónico digestivo que actúa como antibiótico natural contra el E. coli, e incluso como apoyo en el tratamiento de dolor crónico, fatiga y depresión. Además, la yerba mate es una fuente importante de vitaminas, minerales y fitonutrientes como flavonoles, polifenoles, aminoácidos, entre otros. También se le ha llamado “el vegetal líquido” pues fortalece al sistema inmunológico gracias a sus propiedades naturales antiinflamatorias.
Otro de los beneficios de la yerba mate es el cuidado al óptimo funcionamiento del sistema cardiovascular, pues regula el ritmo cardiaco regularizando el flujo a través de las venas; también el aumento de la densidad ósea, principalmente en mujeres en el proceso menopáusico; como un apoyo para perder peso al reducir el apetito, incrementar la inversión energética y mejorar la sensibilidad a la insulina; y un preventivo de cáncer, como el del esófago, pulmones, boca y faringe.
Fuente: Ecoosfera - 3 de Abril de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario