Cuando somos niños miramos a nuestros padres y decimos: cuanto me falta para llegar a su edad…pero cuando llegas y miras para atrás, te preguntas:¿Como puede ser que los años hayan pasado tan rápido?.
Sin darte cuenta los años pasan y casi siempre dejamos para mañana las cosas que verdaderamente son importantes en la vida. Disfrutar de los hijos, la familia y los amigos. Disfrutar de lo simple. Vivir una pasión o perseguir un sueño.
Si pudiéramos erradicar de nuestro lenguaje la palabra “Después”…”más tarde”… o “más adelante”... y reemplazarla por: “ahora”…“hoy”.
Después te llamo.
Más tarde lo hago.
Después lo digo.
Más adelante cambio.
Dejamos todo para “después”, como si el “después” fuese la mejor opción.
Y no nos damos cuenta que….
Después, el café se enfría.
Después, la prioridad es otra.
Después, el encanto se pierde.
Después, lo temprano se convierte en tarde.
Después, las relaciones no son las mismas.
Después, las cosas cambian.
Después, los hijos crecen.
Después, los seres queridos se van.
Después, la gente envejece.
Después, el día es noche.
Después, la vida se acaba.
No dejes nada para “después”, porque en la espera del “después”, puedes perder los mejores momentos, las mejores experiencias, los mejores amigos, los mayores amores. El “después” te hace llegar tarde, por eso el momento es “hoy”.
Teresita Seminara
No hay comentarios:
Publicar un comentario