Julio 4
En esta noche de 1799, Alexander von Humboldt y Aimé Bonpland descubrieron la Cruz del Sur.
Gràfica de Marcelo Saratela |
Ellos venían navegando, a través de la mar inmensa, cuando fueron saludados por esas estrellas que nunca habían visto. La Cruz del Sur les estaba anunciando el camino de América. Humboldt y Bonpland no venían a conquistar. Nada querían llevarse, mucho venían a dar. Y mucho nos dieron, esos científicos aventureros, que nos ayudaron a conocernos y a reconocernos.
Años después, al fin del viaje por los adentros de la tierra americana, Humboldt regresó a Europa.
Aimé, don Amado, eligió quedarse en esta tierra que ya era suya.
Hasta el fin de sus días, don Amado recogió y clasificó miles de plantas ignoradas, y rescató perdidas hierbas medicinales de la tradición indígena, fundó farmacias verdes gratuitas para todos, aró, sembró, cosechó, crió hijos y gallinas, aprendió y enseñó, sufrió prisión y practicó el amor al prójimo (empezando por las prójimas, decía).
Eduardo Galeano - Los hijos de los días.
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