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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

sábado, 8 de abril de 2017

La verdadera historia detrás de la fotografía EL BUITRE de Kevin Carter

¿Qué se esconde tras esta mundialmente conocida pero polémica foto?

Kevin Carter, autor de esta fotografía que fue publicada en The New York Times, se suicidó semanas después de ganar el premio Pulitzer en 1994. La opinión pública entendió la foto como una alegoría de lo que sucedía en Sudán: Kong era el problema del hambre y la pobreza, el buitre era el capitalismo y Carter era la indiferencia del resto de la sociedad. La crítica se cernió contra él e intentó justificarse, alegando que el niño estaba muriendo y que la tribu se encontraba a unos 20 metros de ella y que el animal esperaba su ración de comida.

Este chico que, por aquel entonces tenía 32 años, visitó en avioneta la aldea sudanesa de Ayod en 1993 para denunciar la hambruna y la guerra que sufría el país y su fotografía es, sin duda, el icono más representativo del hambre en el continente africano.

Del mito a la realidad
– Siempre se dijo que había sido una niña, pero era un niño, y se llamaba Kong Nyong;
– El niño no estaba moribundo, estaba defecando como consecuencia de las diarreas que padecía;
– Además, llevaba en su mano derecha una pulsera de plástico correspondiente a una estación de comida de la ONU que lo identificaba como T3, es decir, como enfermo de malnutrición severa. El 3 es porque fue el tercero en recibir la ayuda en el centro;
-El buitre simplemente estaba merodeando la zona, no acechando al niño;
-Kong Nyong no murió en ese momento, sino muchos años después, en 2007, por unas fiebres.

Se apunta a que otros factores personales también influirían en la decisión radical de Carter de quitarse la vida pero la inmensa presión social acusándole de ser un carroñero vendido por una simple foto que no ayudó a “esa niña” y solo se aprovechó de su desgracia para obtener fama, sin duda, debió ser un elemento muy importante en esa decisión.

Tras la publicación de la fotografía Carter pasó de reportero a fotógrafo de naturaleza. Sufrió dos duros golpes: por un lado, la presión de la crítica y, por otro, el asesinato de su amigo Ken Oosterbroek el 18 de abril de 1994, mientras cubría un tiroteo en Tokoza, Johannesburgo. Se dice que años antes intentó suicidarse, que fumaba white pipe —una mezcla de marihuana, metacualona y barbitúricos—, que tenía graves problemas familiares y una personalidad algo desordenada —perdía sus carretes en aviones y aeropuertos—, que era depresivo y que tenía una vida caótica, con un sinfín de experiencias trágicas.

Para los aficionados de Carter no se pierdan la recomendación que hace Irene Pérez Arce en los comentarios acerca de la película “Bang Bang Club”. Kevin Carter, Ken Oosterbroek, Greg Marinovich y Joao Silva formaron en la década de los 90 el denominado Bang-Bang Club. 

Con este nombre se conoció al grupo de fotógrafos que cubrió los violentos incidentes que acompañaron al movimiento de liberación de la raza negra en Sudáfrica: la lucha contra el Apartheid.

Fuente>Muhimu


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