Un indígena aché paraguayo con una
memoria prodigiosa para los sonidos del bosque y un ornitólogo español que
grabó el canto de las aves presentaron hoy simultáneamente en Asunción y Madrid
el libro nacido de esa relación.
"Las aves y el conocimiento
tradicional Aché" es el título del libro narrado por Rubén Chachugi, que
alcanzó su edad adulta viviendo en el monte y almacenando los cimientos
ancestrales de su etnia, que agrupa a unas 2.000 personas repartidas en seis
comunidades de Paraguay.
Chachugui, acompañado de otros
miembros de su grupo, fue la principal fuente de los datos que acompañan las 59
fichas ilustradas sobre 76 especies de aves que aparecen en el libro.
El volumen va más allá de lo meramente
biológico e incluye las explicaciones de Chachugui sobre las estrategias de
caza y sabor de los pájaros, o los usos decorativos de sus plumas, explicó el
ornitólogo Alberto Madroño en su presentación.
"Nos han explicado todo lo que
sabían para el conocimiento de la humanidad", dijo.
Chachugui identificó el canto de las
aves en las grabaciones recogidas por Madroño y fue capaz incluso de distinguir
distintas voces según la hora del día o la época del año.
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Los Achés Rubén Chachugui y Margarita Migenwi participando del lanzamiento del libro "Las aves y el conocimiento tradicional Ache" - Fotografía: EFE |
Los pájaros habitan en la Reserva
Natural de Mbaracayú, unas 280.000 hectáreas de territorio considerado
ancestral por los aché y en la actualidad preservado por la Fundación Moisés
Bertoni.
La reserva es parte del Bosque
Atlántico de Paraguay, donde existen ecosistemas únicos en el mundo y donde a
las tres comunidades aché de los alrededores se les permite cazar como lo
hacían sus antepasados, sin utilizar armas de fuego.
Para el trabajo, Madroño hizo escuchar
a los adultos y ancianos los sonidos grabados para que ellos identificaran a
los animales con sus nombres en aché, explicó a Efe Maite Ramos, de la
Fundación Moisés Bertoni.
De los 39 adultos que participaron,
solo tres lograron más de un 70 % de acierto en las respuestas, destacando
entre ellos Chachugui.
"El resultado es un libro en el
cual hay un narrador, que es Rubén (Chachugui), y explica especie por especie
sus sonidos, pero también con las creencias a las que les asociaban los
aché", dijo Ramos.
Por el libro, financiado por la
Agencia Extremeña de Cooperación Internacional al Desarrollo (Aexcid), desfilan
aves como el ñandu, el avestruz sudamericano, o el águila harpía, la rapaz más
poderosa de la región.
Todas las especies aparecen en las
fichas con sus denominación científica y sus nombres en aché y guaraní, la
lengua indígena más hablada en Paraguay, donde es oficial con el español.
Según Ramos, el trabajo trasciende lo
científico y se erige como una de las escasas muestras escritas en su idioma
por los aché y sobre su propia cultura.
"Es un libro sobre el
conocimiento ancestral aché y uno de los pocos que tratan de su propia cultura.
Permitirá que las nuevas generaciones aché que no viven en el bosque conserven
la cultura de su pueblo".
Los aché no fueron plenamente
contactados hasta la primera parte del siglo XX.
Refugiados en sus bosques, fueron arrinconados
por el avance de los cultivos y expulsados de sus tierras, un proceso que en la
década de 1970 adquirió tintes dramáticos.
Según los estudiosos, la población
aché disminuyó en esa década más de un 60 % debido a la ocupación de sus
tierras ancestrales, la falta de atención médica y la venta de sus niños para
el trabajo doméstico.
En 1973, a los 23 años, el propio
Chachugui se vio obligado a abandonar su tierra y a defenderse de los abusos de
los colonos. Ahora, a sus 66 años, expresa su esperanza de que el libro sirva
para preservar la lengua y cultura achés.
"Conozco las historias de antes y
a través de ellas, la lengua aché no se extinguirá. Si lo permitimos, no habrá
forma de saber los nombres de los pájaros", escribe Chachugui en el
prólogo.
Del mismo modo, Madroño alertó de que
la pérdida del bosque en Paraguay amenaza la supervivencia de las especies y el
hábitat de los pueblos indígenas.
Fuente: Terra – Noticias del Mundo 26
de Octubre de 2.014