Los Guaraní poseen una rica mitología, un numeroso
conjunto de rezos y cantos ceremoniales. Son pruebas vivas de que los cambios
sociales no llevan necesariamente al desaparecimiento de los conocimientos
tradicionales a pesar de las dificultades en la transmisión de los cantos.
Comparto esta traducción hecha por el poeta Douglas
Diegues (a partir de un canto registrado por Guillermo Sequera) de un pequeño
fragmento de un Canto Sagrado:
Queremos
Llenas la tierra
Nosotros los pocos (Mbya) que sobramos
Nuestros nietos todos
Los abandonados todos
Queremos que todos vean
Como la Tierra se abre en flor.
Fuente: Voces de los
Cuatro Vientos.
FE, CUTURA, RELIGIOSIDAD, ORDEN, PROGRESO, RAZA Y PUEBLOS ORIGINARIOS
ResponderEliminarLa Fe católica arraigada en los habitantes de esta tierra forma parte del ser correntino, históricamente, una condición impuesta desde la misma fundación de la Provincia de Corrientes a partir de aquel 3 de abril de 1588 junto a la Evangelización, inseparable de la conquista.
Desde entonces cientos de años pasaron, la vida siguió manifestándose leal al desenvolvimiento generacional marcado por las tradiciones dadas, incorporando otras con la llegada de inmigrantes, que coincidentemente en su mayoría eran partes del mismo culto religioso.
Con las inevitables preguntas que acompañan este sencillo camino de aportes, mi dilema se hace presente para invitar a una nueva reflexión ¿palabras como fe, cultura, religiosidad, era monopolio exclusivo de los evangelizadores?, ¿las comunidades originarias no experimentaron nunca este tipo de expresiones por si solas? ¿El orden y progreso era privilegio de alguien en particular llegado de otro lugar? ¿Por qué desaparecieron los pueblos originarios? ¿Desaparecieron? ¿Se puede hablar de razas?
Pueblos guaraníes de un mundo virgen y místico, protegieron con la resignación sus más valiosas posesiones: sus culturas, hasta donde pudieron, luego se marcharon, no sin antes llevar consigo sus creencias, sus manifestaciones ancestrales, y nos legaron con estos antecedentes, revisar parte de una historia ingrata, generando un ámbito propicio para la meditación y el debate profundo, sobre todo necesario, ello dependerá del concepto de cultura, fe, raza, religiosidad y del llamado “orden y progreso” que utilicemos para contestar estos interrogantes.
¿A quién le hubiese gustado que invadan sus tierras, entre otras cosas?
Seamos libres, repensemos conceptos y no pidamos permiso para deliberar diferente, con respeto y tolerancia.
Si, tal vez las comunidades ancestrales en aquel estado de pureza primigenia ya no están, soportaron las Reparticiones, las Encomiendas y otras Instituciones de época, empero la raza humana se unificó en las poblaciones de estos territorios con sus matices, como una forma sabia (porque los pueblos originarios poseían su sabiduría) y en la sumisión trascendieron en los genes ocultos de nuevas generaciones, con los rasgos visibles y otros no tantos, están aquí, con nosotros, fusionados en la sangre, gracias a los fuertes vínculos afectivos de alianzas, afinidad y consanguinidad, rindiendo tributo a la cultura frente a los obsesiones raciales.
Basta descubrir algunas de esas herencias nativas en las uniones matrimoniales reconocidas formalmente con las actas transcriptas, otras viajaron con el silencio del prejuicio y la discriminación. ( Escrito para incorporar a mi futuro trabajo de aporte genealògico, mac.elbolson@gmail.com)
MIGUEL ANGEL CERDAN