Los Arhuacos, Ika
o Ijka, son un pueblo amerindio que habita la vertiente meridional de la Sierra
Nevada de Santa Marta, Colombia. Son aproximadamente 9 mil personas. Su
territorio tradicional llegaba mucho más abajo que los límites actuales del
resguardo y del poblamiento arhuaco, hasta la llamada línea negra imaginaria,
que encierra varios de los sitios sagrados a los cuales siguen acudiendo los
indígenas a hacer sus ofrendas o pagamentos.
Son un pueblo
profundamente espiritual y conocedor de su propia filosofía, que tiene un
carácter globalizante. Creen en la existencia de un Creador y Gran Padre, Kakü
Serankua, del cual provinieron los primeros dioses y seres materiales, otros
padres como el sol y los nevados y otras madres como la tierra y la luna.
Entienden a la
Sierra como el ombligo del mundo, desde el cual se originó en las diferentes
piedras. Los Mamo, autoridades espirituales, encarnan el seguimiento a la Ley
tradicional. Consideran la Sierra Nevada de Santa Marta como "Tierra de
Sabios", tierra de inocencia, tierra de humildad.
La tienen
demarcada alrededor y la miran desde tres puntos de vista. Hay una
circunferencia interna que conocen como seinekan (Madre Tierra), una segunda
circunferencia mannekan (Tierra Blanca) y una tercera circunferencia que
denominan bunnekan (Tierra Roja). Dentro de esos tres círculos está el
conocimiento sobre la tierra, el conocimiento sobre la cosmogonía y el
conocimiento sobre el infinito.
La consideran no
de su exclusiva propiedad, sino que la cuidan para servicio del planeta, ya que
cada fenómeno extraño que ocurre en la Sierra es algo que está viviendo el
planeta. La cuidan, dicen, para sus “hermanos menores”, o sea el hombre blanco.
Valoran en gran medida el silencio, especialmente en sus templos o kankurwas,
mientras los ancianos transmiten el conocimiento ancestral a los niños y niñas.
Los Arhuacos, decía el geógrafo y geólogo alemán
Wilhelm Sievers en 1886, no fueron los pobladores originales de la cordillera,
ya que los españoles aseguran haber tenido duras batallas con los pobladores
originales a los que llamaron Taironas. Pero los Arhuacos son un grupo tan
extremadamente pacífico que es imposible reconocer en ellos a los guerreros
Tairona.
En general, los
Arhuacos y los Guajiros (Wayúu) son muy distintos; los primeros no tienen
armas, son tímidos y extremadamente pacíficos, poco hospitalarios, muy
vestidos; los segundos casi nunca están sin armas, son fuertes, guerreros,
hospitalarios en extremo y andan casi sin ropa.
Después de la
muerte de un miembro del grupo, no se estira el cadáver, sino que se encoge. Lo
colocan sobre la altura de una colina o al borde de un camino en una sepultura,
junto con sus utensilios, la mochila con el poporo, adornos y algo de comida. A
la nariz del muerto se agarra una cuerda que sale hasta afuera de la tumba.
Cuando esta cuerda se deshace y se cae por efectos de la lluvia o cualquier
otra causa, es entonces seguro para ellos que el alma ha huido.
Los Arhuacos
comparten la Sierra Nevada de Santa Marta con los Kogi, los Wiwa y los
Kankuamos y tienen aún acceso directo al mar Caribe. Su territorio se sobrepone
a tres Departamentos de Colombia: Magdalena, Guajira y Cesar.
Autora: Claudia
Orejarena Carvajal
Blog: Culturas de
la Tierra – Un puente hacia los Pueblos Originarios.
no refleja las cronicas del mal segun lo que supuesta mente dice en el titulo
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