Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

jueves, 1 de mayo de 2014

Arhuacos



Los Arhuacos, Ika o Ijka, son un pueblo amerindio que habita la vertiente meridional de la Sierra Nevada de Santa Marta, Colombia. Son aproximadamente 9 mil personas. Su territorio tradicional llegaba mucho más abajo que los límites actuales del resguardo y del poblamiento arhuaco, hasta la llamada línea negra imaginaria, que encierra varios de los sitios sagrados a los cuales siguen acudiendo los indígenas a hacer sus ofrendas o pagamentos.

Son un pueblo profundamente espiritual y conocedor de su propia filosofía, que tiene un carácter globalizante. Creen en la existencia de un Creador y Gran Padre, Kakü Serankua, del cual provinieron los primeros dioses y seres materiales, otros padres como el sol y los nevados y otras madres como la tierra y la luna. 

Entienden a la Sierra como el ombligo del mundo, desde el cual se originó en las diferentes piedras. Los Mamo, autoridades espirituales, encarnan el seguimiento a la Ley tradicional. Consideran la Sierra Nevada de Santa Marta como "Tierra de Sabios", tierra de inocencia, tierra de humildad.

La tienen demarcada alrededor y la miran desde tres puntos de vista. Hay una circunferencia interna que conocen como seinekan (Madre Tierra), una segunda circunferencia mannekan (Tierra Blanca) y una tercera circunferencia que denominan bunnekan (Tierra Roja). Dentro de esos tres círculos está el conocimiento sobre la tierra, el conocimiento sobre la cosmogonía y el conocimiento sobre el infinito.

La consideran no de su exclusiva propiedad, sino que la cuidan para servicio del planeta, ya que cada fenómeno extraño que ocurre en la Sierra es algo que está viviendo el planeta. La cuidan, dicen, para sus “hermanos menores”, o sea el hombre blanco. Valoran en gran medida el silencio, especialmente en sus templos o kankurwas, mientras los ancianos transmiten el conocimiento ancestral a los niños y niñas.

Los  Arhuacos, decía el geógrafo y geólogo alemán Wilhelm Sievers en 1886, no fueron los pobladores originales de la cordillera, ya que los españoles aseguran haber tenido duras batallas con los pobladores originales a los que llamaron Taironas. Pero los Arhuacos son un grupo tan extremadamente pacífico que es imposible reconocer en ellos a los guerreros Tairona.
En general, los Arhuacos y los Guajiros (Wayúu) son muy distintos; los primeros no tienen armas, son tímidos y extremadamente pacíficos, poco hospitalarios, muy vestidos; los segundos casi nunca están sin armas, son fuertes, guerreros, hospitalarios en extremo y andan casi sin ropa.


Después de la muerte de un miembro del grupo, no se estira el cadáver, sino que se encoge. Lo colocan sobre la altura de una colina o al borde de un camino en una sepultura, junto con sus utensilios, la mochila con el poporo, adornos y algo de comida. A la nariz del muerto se agarra una cuerda que sale hasta afuera de la tumba. Cuando esta cuerda se deshace y se cae por efectos de la lluvia o cualquier otra causa, es entonces seguro para ellos que el alma ha huido. 
Los Arhuacos comparten la Sierra Nevada de Santa Marta con los Kogi, los Wiwa y los Kankuamos y tienen aún acceso directo al mar Caribe. Su territorio se sobrepone a tres Departamentos de Colombia: Magdalena, Guajira y Cesar.

Autora: Claudia Orejarena Carvajal
Blog: Culturas de la Tierra – Un puente hacia los Pueblos Originarios.


1 comentario:

  1. no refleja las cronicas del mal segun lo que supuesta mente dice en el titulo

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