Jesús no podía festejar su cumpleaños, porque no tenía día de nacimiento.
En el año 354, los cristianos de Roma decidieron que él había nacido el 25 de diciembre.
Ese día, los paganos del norte del mundo celebraban el fin de la noche más larga del año y la llegada del dios Sol, que venía a romper las tinieblas.
El Dios Sol había llegado a Roma desde Persia.
Se llamaba Mitra.
Pasó a llamarse Jesús.
Eduardo Galeano - De Los hijos de los días, Siglo XXI, Buenos Aires, 2012.
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